Bella durmiente

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Lan Wanji, segundo jade de Gusu Lan, el respetado y venerado Hanguang-jun, el orgullo de Lan QiRen y hermano menor de Lan Xichen fue obligado a casarse con el rey demonio.

Wei WuXian lo había pedido como ofrenda desde que lo vió enfrentarse a su general Xue Yang y salir vencedor.

Wei WuXian puso en una balanza la vida del segundo jade o la paz mundial. Al final del día el chico había decidido entregarse sólo, si con eso conseguía que los demonios se mantuvieran en el infierno lo haría.

El rey demonio se deleitó al ver las caras de impotencia del respetado clan de Gusu Lan cuando fueron a dejar a su mejor hombre vestido de rojo como un cerdo para el matadero.

Lan Wanji caminó a paso seguro dentro del Averno y las reverencias fueron realizadas.

Desde entonces la vida de Wei WuXian había dado un giro y luego otro y otro más hasta que ya no sabía dónde estaba parado.

Disfrutaba molestar al jade siendo cruel o muy desvergonzado, aprendió a conseguir cosas de Lan Wanji manipulandolo para que  creyera que tomaba sus propias decisiones sin ser consciente de que Wei WuXian lo había conducido a eso.

Y cuando consiguió ver una sonrisa en el siempre serio jade... Su vida se convirtió en una misión para obtener más de ello, emociones verdaderas.

Wei WuXian hacía de todo para obtener la atención de su esposo y sin darse cuenta, el jade se abrió casi por completo a él, al mismo tiempo Wei WuXian se enamoró.

Y no lo notó

No lo hizo hasta que en una reunión con sus generales y los demonios mayores uno de ellos, Zixun, habló de que ya no era tan temido desde que se había enamorado del cultivador humano.

Entonces Wei WuXian tratando de demostrar que seguía siendo cruel habló con mentiras, blasfemó y se burló del jade y su inocente corazón.

Como si fuera una historia cliché, Lan Wanji lo escuchó y su corazón se rompió.

El jade ya estaba dispuesto a entregarse en cuerpo y alma a ese demonio que creyó que era el amor de su vida. Quería que lo vinculara a él y pasar sus días a su lado.
Pero al escucharlo realmente pensó que todas esas estupideces eran ciertas y él solo había sido un juego.

El clan Lan tenía un modo de auto castigo muy particular, lo llamaban. "Reclusión".

Si las personas pensaban que habían cometido una falta enorme, se recluían lejos de todo y de todos, para reflexionar y castigarse, para pensar y poder perdonarse. Usualmente era apartarse en un lugar y meditar pero Lan Wanji era diferente, siempre lo había sido.

Entonces como en un cuento de hadas, el jade se recostó y cerró los ojos.

Wei WuXian lo buscó después de la reunión pero no lo encontró, puso el infierno patas arriba, interrogó a todos y cuando el mismo demonio se atrevió a burlarse de su desesperación, explotó diciendo qué todo era verdad y que amaba al jade con locura, luego asesinó a Zixun.

Estaba en plena crisis pensando en subir al mundo mortal a buscarlo cuando un sirviente se presentó ante él.

"La reina duerme en sus aposentos"

Fué lo que dijo y el rey corrió de inmediato al lugar pero por más que trató de despertarlo el joven no dió señales de vida más que estar respirando.

Entonces Wei WuXian viajó hasta el mundo terrenal y luego al clan Lan dispuesto a buscar respuestas.

Lan QiRen se regodeó y alabó a su sobrino por haber logrado algo insólito. Se burló del rey demonio y le dijo que nunca lo podría traer de regreso, no si Lan Wanji no quería volver.

Lan Xichen pensando en el bienestar de su hermano le dijo que pensara algo que el chico anhelara con toda su alma y lo consiguiera para él, quizá entonces podría convencerlo de volver. Después de todo, el subconsciente de Wanji podía escuchar todo a su alrededor mientras la consciencia dormía.

Wei WuXian tenía una idea nueva con cada día, había pensado novecientos noventa y nueve días, le había conseguido una cosa por cada día pero en todas y cada una El jade no había despertado.

Se volvió una leyenda tanto en el infierno como en tierra firme y todos despertaban y preguntaban a los vecinos lo mismo

"¿Volvió?"

Pero siempre había negativas.

Wei WuXian siguió honrando el trato y mantuvo a sus demonios bajo control todo el tiempo desde que Lan Wanji había puesto un pie en el infierno.

Una vez incluso había probado a devolver al chico a su clan pero al ver que no despertaba lo llevó de regreso al infierno.

Si no era la libertad el mayor deseo del jade, entonces Wei WuXian estaba muy perdido en lo que podía ser.

Fue el día número mil en que estaba ya muy deprimido y por ese único día no pensó en algo que seguramente podía querer el chico, pensó en lo que él más quería.

Había niveles respecto a ello

1.- Lan Zhan

2.- Lan Zhan despierto

3.- Lan Zhan enamorado de él

4.- Lan Zhan vinculado a él

De su lista de deseos la número cuatro era la única que podía cumplirse si el jade seguía inconsciente. Entonces lo mordió, bebió su sangre y le otorgó la suya, un vínculo de pareja.

Cuando terminó con el ritual, habló todo lo que quedaba del día mil con el inconsciente chico, le confesó su amor y sus más obscuros deseos, también pidió perdón por haberlo vinculado a él, hasta se atrevió a gritarle que si no quería esa unión despertara y se lo dijera a la cara.

No esperaba que eso iba a suceder

Lan Wanji despertó pero no comenzó a gritarle pues el rey demonio se aferró a sus túnicas llorando y pidiendo perdón, rogando por una oportunidad de demostrar cuán perdidamente enamorado estaba del jade.

La única forma de callarlo fue besándolo

Después las cosas se habían puesto intentas en la reconciliación y surgió la promesa de hacerlo todos los días.

A la mañana siguiente las personas no preguntaban "¿Volvió?". Ellas gritaban "¡Volvió!"
















The End

Amor inmortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora