Cuadriparesia

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Wei WuXian podía escuchar perfectamente el sonido de una máquina de hospital, el aire que entraba a sus pulmones era tan frío y puro que debía ser artificial, las yemas de sus dedos tocaron una sencilla y dura sabana.

Abrió los ojos

Había un techo blanco, las lámparas blancas hicieron que sus ojos se cerraran y abrieran varias veces para acostumbrarse a la luz.

Movió su cabeza

Dolía mucho tan sólo hacer un simple movimiento, parecía, aparte de su migraña, que había estado durmiendo en la misma posición por un largo periodo de tiempo porque los músculos de su cuello se sentían rígidos.

– Wei WuXian...

Esa voz era conocida. El acento tosco hacía  que un simple gracias sonara a ofensa.

Tragó para lubricar su garganta un poco, volteó en dirección a la voz que lo llamaba.

Era Jiang Cheng, estaba vestido de traje, aunque su saco yacía olvidado en el respaldo de la silla dónde había estado sentado, se había subido las mangas de la camisa púrpura hasta los codos y la corbata estaba chueca.

– ¿Quieres agua?

Él asintió y se le fué acercado un vaso con una pajita para beber de ella. Su hermano adoptivo inclinó la cama con los controles para tenerlo más erguido.

Una vez que el agua hizo maravillas con su garganta y pudo encontrar su voz.

Preguntó

– A-Cheng, ¿Qué hago en el hospital? ¿Volví a caerme de la moto?

El vaso en manos de su hermano resbaló y se hizo pedazos contra el suelo.

¿Por qué parecía que hubiera visto un fantasma? ¿Porqué estaban ahí? ¿Dónde estaban los demás?

Antes de que una enfermera pudiera llegar atraída por el escándalo su hermano preguntó.

– ¿No lo recuerdas?

– ¿Recordar qué?

Wei WuXian vió más a detalle la cara de su hermano. Tenía un ligero rastro de barba, lo cuál decía que tenía tiempo sin afeitarse. Sus ojos se veían amarillentos y las venas resaltaban en delgadas líneas rojas, las ojeras marcaban su cara y su nariz estaba irritada.

Wei WuXian se asustó

– Te presentaste en un estadio y saltaste sobre cinco helicópteros, pero no tuvimos cuidado de verificar que el otro lado de la rampa fuera lo suficientemente estable. La tabla se rompió, encontró la llanta de enfrente de la moto y apenas llegar, caiste y rodaste por toda la rampa.

¿Qué?

Su cabeza tuvo una punzada y los recuerdos lo inundaron de pronto.

Estaba en la cima de una enorme rampa, el estadio repleto de sus fans brillaba con todos los fuegos artificiales que anunciaban su llegada y el inicio del salto.

Wei Ying se había inspirado en una película para ello, de hecho casi toda su carrera se debía a que vió esa película a los 15 años y desde entonces pidió una moto para navidad.

Ghost Rider

Él quería ser como Johnny Blaze y empezó desde muy joven, hubo obstáculos y caídas pero nunca se detuvo, ni siquiera a pesar de las advertencias de su mejor amigo y no lo hizo cuando el chico dejó de relacionarse con él alegando que no quería verlo morir.

Amor inmortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora