Más fuerte que el Rey

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AU con modernidades, dos imperios divididos por interminables guerras en dónde las personas de Yiling tienen instintos, parejas y crías sin importar el sexo. Y los habitantes de Gusu tienen la voz de su corazón que los guía cuando encuentran a su pareja y los instruye sobre a lo que deben dedicar su vida.

Recuerden que los cultivadores viven más que las personas normales aún sin ser inmortales.

Adelante con la historia





































Gusu Lan por fin tenía su primer periodo de paz, había llegado después de un siglo de guerra y sus habitantes lo disfrutaban enormemente. Ya no tenían que enviar a sus hombres al campo de batalla, no habría más viudas y familias abandonadas, los niños podrían disfrutar su infancia sin tener que esconderse constantemente ante los ataques de cadáveres feroces.

Yiling les había extendido un tratado de paz momentánea pues había un fuerte rumor de que estaba surgiendo un nuevo maestro del cultivo demoníaco y no era nada más ni nada menos que el Rey RuoHan, del imperio Wen.

Un vecino lejano de Gusu y Yiling al que no le habían tomado demasiada importancia hasta que destruyó una secta entera que era neutral en la Guerra, ante la afrenta, habían respondido tres grandes imperios.

Gusu Lan

Porque no importaba lo sucedido, estaban cerca y la ayuda no se le negaba a nadie, además, ellos tenían un tratado de comercio con el puerto.

Lanling Jin

Porque el heredero estaba enamorado y aspiraba  a casarse con la hija del líder de Yunmmeng

Y Yiling

Porque había rumores de que el temible Patriarca Yiling alguna vez fué parte de esa secta y apreciaba a sus hermanos, los jóvenes Jiang que milagrosamente habían sobrevivido.

A Lan Wangji no le importaban los rumores, en Gusu tenían prohibido las habladurías o creer en ellas.

Su tío simplemente aceptó el alto al fuego en favor de ayudar a Yunmmeng a reponerse y en menos de un año, ya no era una secta que había sido derribada, era un nuevo imperio. Los Wen, ahora estando en la mira de cuatro grandes imperios, habían detenido todos sus intentos de ocasionar conflictos y estaban bastante tranquilos, lo que llevó a qué la paz se extendiera entre Yiling y Gusu, siempre rivales.

Quizá esa paz era la razón por la que Lan Wangji se encontraba en ese momento en aquel enorme cañón, admirando el cielo y recorriendo con su vista los inmensos bosques que se veían tan diminutos desde arriba.

La tranquilidad en su imperio le había dado la fuerza suficiente para dejar en casa su uniforme que lo identificaba como el rango más alto del ejército de Gusu, dejó atrás su espada que era reconocida por sus enemigos en cualquier campo de batalla, su GuQin del que se contaban cuentos y había pinturas, deshizo sus siempre apretadas trenzas que impedían que su cabello fuese tomado como ventaja en batalla, colgó su cinta de regulación en la tablilla que se encontraba a mitad del bosque prohibido de Gusu y que señalaba ese sitio cómo la tumba de su madre y por último, rompió el glamour que había tenido sobre sus ojos desde que era un bebé y los ancianos escondieron esas lagunas doradas del mundo para que nadie supiera que uno de los herederos del imperio tenía un poco de sangre Wen.
Su hermano no enfrentó el mismo problema pues había nacido con los ojos azules de su padre pero siempre todo fué diferente con Wangji

Hoy por fin había tenido el valor de darle la espalda a esa horrible vida que se había visto obligado a llevar desde que tenía uso de razón y se encaminó a una deshonrosa muerte.

Amor inmortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora