El dragón y el Zorro

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El gran e imponente Zorro de Nueve colas.

Wei WuXian

Yiling Laozu

Fundador del cultivo demoníaco

El mayor azote que el mundo del cultivo se vió obligado a conocer.

Y también su salvador




Wei WuXian apenas era un niño cuando la tragedia que cambió su vida sucedió. Él había sido abandonado en las calles por sus padres, ellos decidieron hacer un viaje del cuál nunca regresaron. Wei WuXian, entonces llamado Wei Ying, deambuló por las calles tomando lo suficiente para sobrevivir de los basureros, no robaba pues los golpes de los comerciantes eran implacables y no tenían piedad aunque se tratase de un infante.

Wei Ying no supo lo que había hecho, ni siquiera se movió de forma brusca, no trató de robarles o los ofendió de alguna forma. Él estaba sentado en la esquina de un callejón cuando fué rodeado por soldados del clan Wen.

Ellos lo levantaron y se lo llevaron a las afueras de Yiling, lo golpearon hasta que se cansaron y luego lo tiraron dentro de los Túmulos Funerarios.

Wei Ying había sido un niño humano, un pequeño huérfano de las calles que tuvo la mala suerte de llamar la atención de un joven maestro demasiado cruel.
Pero hubo algo en ese lugar, algo bastante mortal que se encargó de despertar esa chispa en su interior, esa chispa que se aferraba a la vida con uñas y dientes.

Las voces susurraban miles de cosas al mismo tiempo, hablaban de temas diferentes  pero hubo una cuestión en la que todas las voces estuvieron de acuerdo:

Venganza

Wei Ying ni siquiera sabía lo que esa palabra significaba en verdad y mucho menos las consecuencias de su decisión. Pero siendo un niño, entendía que era una especie de castigo.

Entonces dijo que sí, dijo que estaba de acuerdo en que los malos fuesen castigados.

Después de aceptar, la lucidez fué una luciérnaga parpadeante por momentos, a veces abría los ojos para darse cuenta que todo estaba completamente obscuro y volvía a cerrarlos. Pasó mucho tiempo así, bastante hasta que se dió cuenta que podía manejar los momentos de luz y de oscuridad.

Wei Ying vivió un infierno, conoció el Inframundo, viajó a él, habitó ahí por muchos años y después... Emergió.

Entonces se dió cuenta que no habían sido días o meses, había estado años, decenas de años encerrado en esa oscuridad, y ya no era un humano.

Se dió cuenta antes de salir de esa oscuridad, habían cosas suaves detrás suyo, cosas con mente propia que descubrió eran colas, preguntó a las voces en su cabeza y ellas le dijeron que era un Zorro, uno de nueve colas con energía resentida ilimitada.

Wei Ying torturó por un año completo a esos bastardos que lo hicieron sufrir un tormento y luego los convirtió en esclavos.

La gente lo había convertido en un cuento para asustar a los niños a la hora de dormir, transformaron su historia en una fábula para los peleoneros, volvieron a los Wen que lo habían molestado, una lección de humildad y a él, un justiciero peligroso.

El Zorro de Nueve colas de retiró a un exilio auto impuesto en los Túmulos Funerarios, un antiguo campo de batalla que estaba lleno de cadáveres y energía resentida.

Vivió en soledad mucho tiempo, ni siquiera la guerra en el mundo de la cultivación lo movió o alteró un poco, el único cambio fué que dejó a la rama médica del clan Wen vivir en sus terrenos, dónde no podrían ser perseguidos pues todos le tenían miedo.

Amor inmortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora