A tiempo

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Lan Wangji despertó a la misma hora de siempre, se levantó, vistió, acomodó su cinta en su frente y salió a cumplir sus deberes.

Estaba pacíficamente copiando textos antiguos en la biblioteca cuando escuchó los gritos.

Se levantó y salió enojado, debía imponer las reglas, tenían prohibido hacer ruido, gritar o reírse demasiado fuerte en Cloud Recess.

En cuánto alcanzó el camino a la entrada se topó con algo inesperado.

Un ejército del clan Wen

Volteó a sus espaldas, más arriba había un grupo de discípulos que habían sido atraídos también por el ruido.

– Da la alarma

Ordenó al primero que asintió y se fué corriendo de regreso por dónde habían llegado.

Escuchó una explosión en la parte trasera y vió la barrera caer.

Sacó su espada y se preparó, defendería a su secta con su propia vida de ser necesario.

Lan Wangji apenas cruzar espadas con los primeros hombres de tunicas rojas escuchó las alarmas sonar por todo el lugar, los invadían y su tío ya sabía qué debían hacer.

Había sido demasiado sorpresivo, no lo habían esperado, apenas hace pocos días los discípulos habían sido enviados de regreso a sus sectas y el clan Wen atacaba.

Lan Wangji ayudó a los discípulos a terminar con el escuadrón que venía enfrente pero a lo lejos se podía ver el fuego desde distintas partes de la montaña.

Lan Wangji dirigió a los discípulos a cada lugar, peleaban y seguían peleando, eran sin duda muchos Wens.

– ¡Segundo maestro, Su tío ordenó resguardarse en la cueva de la primavera fría!

Lan Wangji supo que la situación era mucho peor de lo que todos pensaban. Su tío estaba ordenando eso porque sabía que no podrían ganar contra los Wen y quería salvar cuántas vidas fuera posible.

– ¡Adelante!

Ordenó a los demás y les cubrió la espalda mientras todos escapaban y acataban las órdenes.

Lan Wangji llegó a la entrada de la cueva desde un lado alterno, vió a discípulos peleando fuertemente contra los Wen y vió cómo su tío era fuertemente golpeado.

Estaban atrapados.

Lan Wangji se abrió paso desde arriba con su GuQin, acabó con las primeras filas de los soldados con diez notas de los acordes asesinos y envió bombas para desorientar y distraer a los invasores.

– ¡Rápido! ¡Entren!

Todos lo hicieron, él fué el último en entrar viendo con mucha tristeza los cuerpos que habían tirados en el suelo, cuerpos de personas que un día conoció.

Los Wen no podrían entrar al no ser Lan y nadie les daría el secreto de la cueva.

– Tío, ¿XiChen?

Preguntó alarmado viendo que su hermano no estaba por ningún lado.

– Escapó a Yunmeng, se llevó nuestros secretos más peligrosos

Lan Wangji suspiró, estaba aliviado de escuchar eso, su hermano quizá conseguiría ayuda y si no lo hacía, al menos estaría seguro con los dueños del puerto.

Lan Wangji ordenó qué se encargaran de los heridos, la cueva era grande pero aún así algunos tuvieron que permanecer dentro del agua para que todas las mujeres y niños estuvieran a salvó sobre la tierra. Aún así, hacia bastante frío adentro.

Amor inmortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora