Aimé es una chica sencilla, inocente e inexperta que solo vive para su trabajo, pero carga un secreto que la quema por dentro... como ella dice "El amor es un lujo que no se puede dar".
Laurent es un hombre extremadamente guapo y poli multimillonar...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Laurent Kemppainen:
Cuando regreso al salón, a lo lejos veo a mi preciosa luna a lado ese pedazo de imbécil.
Él mal parido de Smith le susurra algo al oído y ella le regala una enorme sonrisa.
Entonces la sangre me hierve de la furia, porque sus risas, sus miradas, su piel... son mías, solo mías... porque toda ella me pertenece, aunque lo niegue una y mil veces, Aimé Engels es mía.
Observó que tiene un enorme ramo de rosas en su regazo, eso suficiente para entender que ese maldito lo ha logrado envolver a mi luna.
Mi pecho se calcina en un fuego ardiente, el aire a mi alrededor se vuelve helado quemándome por dentro con cada pesada respiración... hundiéndome lentamente.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Mi alma se niega a seguir viviendo así.
Dejo de pensar y mi cuerpo actúa en automático, lo único que quiero ahora mismo es arrancarla de su lado, importándome una reverenda mierda si el mundo explota a mi alrededor.
—¡Laurent! —Hannah se interpone en mi camino. —¡Laurent mírame! ¡Mírame por favor! —la preocupación es evidente.
Nuestras miradas se conectan, pero a diferencia de la calidez de la suya, la mía es un tempano de hielo.
>>Hermano... —susurra a mi oído y su mano acaricia mi mejilla.
—Apártate de mi camino —sentencio con voz gutural.
—¡No! —exclama firmemente.
—Hannah... —le advierto.
—¡No Laurent! —suplica. —No voy a permitir que cometas una estupidez —me rodea con sus brazos. —No voy a dejar que tires por la borda todos nuestros esfuerzos para que la recuperes.
Mi mirada sigue fija en Aimé, sonrió con malicia al ver que se dirige a los sanitarios.
—Esta vez no hermanita —me suelto de su agarre dejándola totalmente confundida.
