Huele a peligro.

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Aimé Engels:

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Aimé Engels:

Una semana completa y aún sigo con la sensación de sus brazos alrededor de mi cuerpo.

Mi piel se eriza y yo solo me dejo llevar tal cual hoja por las olas.

La alarma de mi despertador suena rompiendo el encanto, me regresa a la realidad de un solo golpe.

—¡Maldición! —Escupo al ver la hora.

Aviento las sabanas y me levanto de la cama como una liga, corro para tomar un baño y arreglarme con lo primero que aparece en mi armario.

«Hoy llegaras tarde» dice mi cerebro regañándome

«¡Ya lo sé! ¡Cállate! » le contesto enojada

«¡Entonces apúrate!»

(multimedia por favor)

Las bocinas de mi coche resuenan al ritmo de "Highway to Hell" de AC / DC, al tiempo que esquivo los coches y piso el acelerador ... la adrenalina me invade y yo solo dejo que esta fluya por mis venas.

Llegue literalmente corriendo a la constructora, ni siquiera me molesto en mirar el reloj voy retrasada y tengo junta a primera hora de la mañana ... solo me dio tiempo de comprar un café en el camino.

Se abre el ascensor y salgo disparada por el pasillo sin molestarme en mirar a mi alrededor

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Se abre el ascensor y salgo disparada por el pasillo sin molestarme en mirar a mi alrededor.

—Buenos días Ilta —digo pasando casi de largo.

—Buenos días Aimé —contesto con una enorme sonrisa típica de ella por las mañanas.

Caminé de prisa hacia mi oficina ignorando todo a mi paso ... el celular en mi bolsa comienza a sonar.

«¡Demonios!»

Abro mi bolsa en busca del teléfono y con la otra mano sostengo el café e intento abrir la puerta a la vez.

La puerta cede unos centímetros y una brisa familiar inunda mis fosas nasales, haciendo que el aire quede atrapado en mis pulmones, logrando que mi sangre se llene de su olor.

Eternamente TuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora