Sálvame una vez más.

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Laurent Kemppainen:

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Laurent Kemppainen:

Una mano me golpea el rostro sacándome de mi sueño, mi cabeza retumba por el impacto.

Parpadeo tratando de recuperarme.

—¡Suéltame! ¡Me lastimas! —escucho los quejidos de Shayla.

—¡Cállate zorra! —la voz furiosa de Kate hace eco en mi mente. —¡Eso es lo que merecen las golfas como tú!

Veo como Kate jala del cabello a la rubia con tanta saña, hasta arrancarle las extensiones, dejando su cuero cabelludo al rojo vivo.

—¡Déjame! —Shayla suplica desesperada.

Sin embargo, Kate la calla a punta de bofetadas, sin darle oportunidad de defenderse.

—¡Las putas como tú no merecen consideración alguna! —el odio fluye por los ojos verdes de Kate.

Me quedo perplejo, porque nunca en la vida imagine ver a Kate perder el control, la clase y el glamour del que tanto alardeaba.

Me quedo perplejo, porque nunca en la vida imagine ver a Kate perder el control, la clase y el glamour del que tanto alardeaba

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«Sin duda esa mujer está completamente loca» repite mi mente

Kate literalmente, trapeo el piso con la rubia hasta saciar su furia, sin que esta pudiera evitarlo, de milagro a esta no le exploto todo el silicón del cuerpo.

>>Esto es para que aprendas... que nadie se mete con lo mío —Kate la mira con rabia y asco. —Y para que recuerdes que tu lugar es el piso, junto con la suciedad y la basura... como la ramera que eres —la voz de la ojiverde se convierte es veneno puro.

Al escucharla hablar así, con tanto odio, con tanto resentimiento, con tanto rencor acumulado, sé que hice lo correcto al alejarla de mi hijo y de mi Etelä-tähti.

La idea que intente poner sus garras sobre ellos, hace que se me hiele la sangre

«¡No!» grito en mis adentros

«¡Eso jamás ocurrirá!» niego una y mil veces

«Eso no voy a permitirlo en la vida» me prometo a mí mismo

Eternamente TuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora