Cap 8

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Me despierto en mi habitación a las 10:00. Ayer, después de pasar la tarde en el bosque con Aidan, me vine a casa y estuve pensando en mi habitación y asimilando mi nueva visión de las cosas. Me siento mejor. La Kate de antes está volviendo a salir a la luz. 

Hoy no tengo planes, así que no sé que hacer. Mi tío parece leerme la mente, porque de repente, aparece con una caña de pescar en mi habitación. 

- Buenos días. - me dice con una sonrisa. 

- Hola. 

- Tienes buena cara Kate. 

Debe de notar que estoy mejor. Antes de que me pida explicaciones inicio una nueva conversación. 

- ¿Y esa caña? 

- Ah. Iba a preguntarte si venías a pescar conmigo en el lago. - responde. 

Me apetece bastante. 

- Me encantaría. Pero hay un pequeño problema. No sé pescar. - digo

Es verdad, nunca he pescado, y quiero hacerlo. 

- Bah, no te preocupes por eso. Tu tío te enseña. - me sonríe. 

Le devuelvo la sonrisa y antes de salir de mi habitación me dice: 

- Una cosa. Aidan también estará. No tardes en vestirte. - dicho esto, se marcha escaleras abajo. 

Es un buen plan. Ir los tres a pescar. Suena bien. 

Me pongo unas botas, unos vaqueros y un jersey normal y salgo de mi habitación.

- ¿Lista? - me dice mi tío. Está a punto de lanzar la caña al agua a través de mis manos. 

- Sí. - estoy lista. 

Mi tío agarra mis manos y ¡Plaf! La caña choca contra el agua. 

- La próxima lo haces tú sola. - indica. 

Hoy es el primer día que se puede ver un atisbo de sol. Hay nubes, pero unos minúsculos rayos de sol se cuelan entre la oscuridad.

Esperamos cinco minutos hasta que Aidan aparece con otra caña de pescar. 

- ¡Hola! - nos saluda. Mira a mi tío y luego a mi. Creo que se ha dado cuenta de que estoy mejor. 

- Hola chico. Siéntate. - le dice mi tío mientras le acerca una silla a su lado. 

No pica ninguno. No sé cuánto tiempo tarda esto, pero llevamos media hora y no ha picado NADA. 

- Te toca. - me dicen los dos a la vez. 

Cojo la caña de Aidan y me coloco como me dijo tío John antes. Prosigo a echarme hacia atrás y lanzo la caña. Lo he logrado. He conseguido lanzarla. Estoy tan emocionada que no veo a dónde la he lanzado hasta que les oigo reírse. 

- A mi no me hace gracia. - digo. He lanzado la caña hacia atrás y se ha enganchado en un árbol. 

- Pues tiene gracia. - ríe Aidan. 

No puedo evitar reírme con ellos. Tienen razón. Tiene gracia. 

Nos pasamos la mañana pescando hasta que aprendo y luego comemos uno de los pescados que hemos pescado. Me lo he pasado muy bien y, ¡sé pescar! El tiempo que se disfruta, es el verdadero tiempo vivido. 

Es por la tarde, y mi tío se ha ido a hacer unos recados, así que me quedo hablando con Aidan en el mismo sitio de ayer. 

- ¿Estas mejor? - pregunta. 

- Sí. Gracias.

Si estoy bien, es por él. Porque me ha enseñado a vivir con el dolor. Ahora entiendo que, cuanto más alto vuele, más daño me hará el caer, pero yo quiero seguir volando alto, aunque sepa que en vez de hacerme daño, me muera. No sólo lo voy a aplicar a mi tristeza, sino a mi vida. Es como mi modus operandi.

Saco mi móvil porque me está haciendo daño al sentarme, y sin querer se me cae la lista de cosas que hacer una vez en la vida al suelo y Aidan la ve. 

- ¿Qué es? - pregunta. 

Se lo voy a contar. ¿Por qué no? 

- E-es... Una  lista de cosas que hacer una vez en la vida. - digo. 

Se queda mirando el papel atónito. 

- ¿Pasa algo? - musito. 

No responde, en lugar de eso, abre el bolsillo de su abrigo y saca otra hoja. No puede ser. ¿Será...? 

Nos miramos sorprendidos. ¿Será posible? 

- Tú también... - chisto. 

- S-sí. 

Pensé que era una cosa extraña que había hecho, pero resulta que no soy la única. 

- No pensé... Pensé que era la única. - le digo. 

- Ya ves. Fue un regalo de mi madre, ella me propuso hacerla. 

Su historia de por qué la tiene es mucho más emotiva que la mía. 

- Yo lo leí en un libro. - me siento ridícula diciéndolo. 

Se ríe. 

Me pregunto qué cosas habrá puesto. 

- ¿Has cumplido alguno? - pregunta. 

- Aún no. ¿Tú?

- Sí. Pero la mayoría no. - contesta. 

Se me está ocurriendo una idea, aunque seguramente suene ridícula. Igualmente la digo. 

- ¿Que te parece si intentamos cumplirlos juntos? Será más fácil. 

Creo que no me va a responder, pero asiente con la cabeza y sonríe. 

- Me parece una gran idea. 



Lo que moja la lluvia #1 [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora