Cap 20

33 8 2
                                    

- ¿Nos hemos puesto románticos eh? - río.

Se ríe conmigo.

- ¿Quieres ver una película antes de que se acabe tu día especial? - pregunta.

- Claro. Pero nada de frikadas.

- Hecho.

Coge el portátil y empieza a buscar. Hay muchísimas.

- ¿Cuál desea la princesa? - dice mientras me gira la pantalla para que pueda verla mejor.

- Mmm... ¿E.T?

- Nah, es muy antigua.

- ¡Es un clásico! - me quejo.

- Si, pero del año la pera.

Le pongo mala cara.

- Crepúsculo. - digo casi por instinto.

Es de mis películas favoritas.

- ¿Crepúsculo?

- Sí.

- Como desees. - dice.

- Pareces el de la princesa prometida - río tirándome al sofá.

Entrecierra los ojos.

- ¿El tío ese del bigote?

- ¿O sea que te la has visto eh? - vuelvo a reír.

- Obviamente. - pone cara de interesante.

- ¿Y esa no es del año la pera? - inquiero.

- No.

Me encanta su lógica.

- Claro. La otra sí y esta no. Pues siento decepcionarle señor AÑOLAPERA pero son del mismo año.

- Calla y elige película. - evade el tema.

- Te he dicho que crepúsculo.

- Ah. Es verdad. Disculpa mis lapsus mentales. - dice.

- Eres odioso.

- Gracias.

Antes de que me dé tiempo a replicar me da un casto beso en los labios y da al play de la película.
Desde luego, este chico sabe cómo hacerte olvidar los temas anteriores.

Cuando la película termina, los párpados se me caen.

- ¿Muy cansada?

- Sí. No todos somos Edward Cullen.

Se ríe.
Yo no tengo fuerzas para ello.

Apoyo la cabeza en su hombro y cuando me doy cuenta estoy tapada con una manta sobre el sofá y Aidan está a mi lado, dormido también.

Vuelvo a cerrar los ojos.
Me pregunto qué pensarán mañana Julie y mi tío.

Antes de volver a dormir, le observo descaradamente.
Tiene las pestañas largas y el flequillo le cubre la mayor parte de la frente. No le había visto dormir.
Es aún más guapo.

- ¿Gotita? - escucho a Aidan llamarme. Tengo que acostumbrarme a que me llame así. Me gusta. Es original.

- ¿Si...? - digo con el pelo pegado a la cara.

- Es de día. Julie y tu tío nos han querido dejar solos y se han marchado al pueblo.

Que amables.

Nos hacemos un café y unas tostadas y disfrutamos del desayuno.

- Me estoy dando cuenta de una cosa. - digo.

- ¿Qué cosa?

- No hicimos lo de las bromas.

Lo que moja la lluvia #1 [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora