Cap 13

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- Vamos Kate. - me dice Julie.

Estoy parada en medio de la habitación de hotel porque tengo demasiado frío como para salir. 

- Ya voy. - digo a duras penas. 

Me cuesta horrores moverme, pero cuando saco la cabeza por la puerta, todo cambia. 

Aidan y Julie están observando el techo aluinados.

Una auténtica aurora boreal reposa sobre nuestras cabezas. 

- Vamos a subir ahí. - dice Aidan señalando una elevación del terreno cubierta de nieve y con un banco, que seguramente sea para esto. 

Hemos cogido un hotel en la zona donde más auroras hay.

Desde aquí arriba se ve muchísimo mejor. Es preciosa. Ilumina el cielo de colores rosas, violetas y verdes azulados. Creo que es la cosa más bonita que he visto en mi vida. Aidan debe de sentir lo mismo. Está embobado mirando el cielo. Igual que yo. 

Al instante, veo que saca de su bolsillo un papel y tacha una cosa. Sé que es la lista. Me alegro de que haya cumplido algo más. Sonrío sin querer. 

- Es precioso. - dice Aidan, que se a situado a mi lado sin que yo de diera cuenta. 

- Sí. - sale vaho de mi boca al pronunciarlo. 

Tengo mucho frío. No creo que aguante más. Llevamos veinte minutos observándola. 

Julie tiene la cara rojísima. 

Creo que se me van a caer las manos, pero merece la pena. 

Tengo el pelo super despeinado, al igual que Aidan. Mi prima no, se ha puesto tres gorros y no tiene ni pelo. Me río en silencio. Está más caliente que yo. 

Me pregunto cómo es que Aidan no tiene frío. No se mueve ni un pelo. 

No puedo evitar preguntar.

- ¿No tienes frío? - digo. 

- ¿A ti que te parece? - dice apoyando sus manos sobre mis mejillas, ya que no tengo otra parte del cuerpo que pueda sentir frío o calor. No puedo evitar estremecerme ante el contacto. Tiene las manos calientes. No lo entiendo. No lleva guantes. Esto es para morirse. 

- Pues que no. - respondo. 

Se ríe. ¿Qué ocurre con este chico? 

- ¿Por qué tienes las manos calientes? - pregunto. 

- ¿Sabes que existen los bolsillos térmicos o no has oído hablar de ellos? 

Que odioso. Tiene bolsillos térmicos. 

- JA, JA, JA. Pues no. 

- Que ignorante. - ríe. 

Ahora entiendo. 

Me esta mirando y se ha dado cuenta de que le estaba observando con envidia. 

Esboza una sonrisa y no puedo evitar darme cuenta de que sus dientes combinan con la nieve. Son igual de blancos. También me doy cuenta de que sus ojos resaltan de igual manera aunque no sean blancos. Es lo único de color en su cara. Su pelo negro y su tez pálida. Lo único que resalta son sus ojos verde esmeralda y sus labios de color rosado. 

- ¿Quieres una foto? Te durará más tiempo. - dice chistoso.

Que imbécil. 

- Muy gracioso. - le miro con odio. 

- Muy graciosa. - implora. 

- Pesado.

- Pesada. 

- Chicos... - empieza a decir Julie.

La miramos mientras vemos que señala al horizonte.

Dios santo. 

Una tormenta de nieve se acerca rapidísimo.

Nos asustamos y salimos corriendo hasta el hotel.

Entramos en la habitación y nos aseguramos de que todas las ventanas estén bien cerradas. 

Miramos por el cristal de la puerta de entrada y vemos que la tormenta cambia de dirección y se dirige al otro extremo de donde nos situamos.

No puedo evitar sentir alivio. Pensé que la iba a liar. 

Unas horas más tarde, después de haber cenado, cada uno se pone el pijama y nos metemos en nuestras habitaciones. 

En una duermo yo con mi prima, y en la otra duerme Aidan. 

Me estoy lavando los dientes cuando alguien llama a la puerta del hotel. Que, no es exactamente un hotel. Es una cabaña. Hotel decimos nosotros, pero es una cabaña.

- Abro yo. - dicen Julie y Aidan a la vez. 

Aidan llega primero, pero nosotras también queremos ver quién es y lo seguimos. 

- ¿Quién coño será a estas horas? - gruñe el pelinegro.

- Calla y abre. - le espeta mi prima. 

Aidan la escucha y abre. 

No hay nadie. 

- Pero ¿¡qué cojones!? - dice. 

- Bah, habrá sido el viento. 

- Esperemos. - dice Julie. 

Dicho esto, cada uno vamos directos a nuestra habitación.

Antes de que me dé tiempo a entrar, Aidan me agarra del brazo. 

- Gracias. - dice.

- ¿Gracias por qué? 

- Por acompañarme a cumplir un sueño de mi lista. - contesta. 

- De nada. - sonrío. 

- Buenas noches Kate. 

- Buenas noches Aidan. 

Se marcha y yo me meto en mi habitación directa a mi cama. 

Claro que, no me voy a dormir hasta que mi prima y yo nos vemos un capítulo de una serie de Netfilx. 

Lo que moja la lluvia #1 [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora