-Chiara...- murmuré sorprendida, sin saber qué más decir.
Lágrimas comenzaron a resbalar de sus ojos rojos y párpados hinchados.
Sin dudarlo me acerqué y la estreché entre mis brazos, mientras sus sollozos llenaban el silencio.-Es de Nick- susurró, aunque no hacía falta que lo hiciera. Era por demás obvio.
-Tranquila- dije intentando sonar calmada -Va a estar todo bien. Algunas veces el test falla...-
-Es el décimo que me hago- interrumpió.
Maldición.
-Estoy acabada- sollozó nuevamente.
-Claro que no. Ese bebé va a ser muy feliz, lo prometo. Lo vas a criar con mucho amor y yo te ayudaré-
No tenía ninguna duda de que eso sería así.
-Gracias- balbuceó sorbiendo su nariz y dedicándome una mirada triste.
Apenas podía imaginarme lo que se sentía estar en su lugar...
Hacía semanas que no hablaba con Nick, y ni siquiera quería nombrarlo en nuestras conversaciones.-No le voy a decir- soltó como si supiera lo que cruzaba por mi mente.
La miré directo a los ojos, dispuesta a reprocharle. Pero callé, porque esa no era mi decisión. No estaba en su situación ahora mismo, y no podía opinar sobre algo así.
Así que me limité a decirle:
-¿Estás segura?-
Ella asintió sin dudarlo.
-No quiero que mi hijo crezca en su mundo. Es peligroso-
Asentí. Yo tampoco lo desearía para mi hijo.
La idea de tener un bebé con Salvador cruzó mi mente y rápidamente la deseché.
Me estremecía de sólo pensarlo.-De todos modos, él no se haría cargo- concluyó.
-No pienso igual- respondí - No lo conozco, pero no parece de ese tipo de hombres-
-Yo tampoco lo conozco- retrucó y tenía razón.
Asentí de nuevo, y no dije más nada.
-¿Me vas a ayudar?- susurró y sus ojos volvieron a llenarse de lágrimas.
-Claro que sí- sonreí mientras acariciaba su mano - Ya lo amo y ni siquiera lo he visto-
-Yo también siento eso- respondió riendo aunque sus lágrimas seguían cayendo.
-Todo va a estar bien- repetí -Van a estar bien-
Asintió mientras apretaba sus ojos y nuevamente nos volvimos a abrazar.
🔸🔸🔸🔸🔸
Esa noche, más tarde, me senté con Salvador en la gran mesa del living. Todavía no habíamos compartido ninguna comida juntos y el motivo era que ayer había decidido comer algo en la cafetería antes de volver a casa.
Trataba de evitarlo lo más posible, especialmente si se trataba de estar solos.
Cuando entré al departamento, lo encontré sirviendo la cena. Al parecer había hecho pollo a la crema, y para ser sincera, olía riquísimo.
- Buenas noches - dijo cuando me vió entrar.
Cerré la puerta, un poco confundida por la familiaridad de la escena, y le sonreí.
-Hola. Se me hizo un poco tarde-
Él respondió con otra sonrisa y dijo:
-No hay problema, no debes explicarte. Ponte cómoda-
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ADICTIVO
RomanceRebecca tenía muy en claro cuales eran sus objetivos en la vida: trabajar, estudiar y triunfar en el mundo de la moda. Sin embargo, no estaba en sus planes conocer a Salvador. Y a pesar de que tenía un aura de peligro que lo rodeaba, había algo en...