Tomé el papel entre mis manos y lo leí para mis adentros.
Era un pasaje cuyo destino era el Caribe.Sin embargo, sólo era uno.
-La casa donde irán está paga por los próximos seis meses- continuó.
Incrédula, lo miré a los ojos.
-Salvador... No entiendo. ¿Casa? ¿Donde irán? ¿Con quién?-
Mi cabeza estaba hecha un lío, no comprendía ni una palabra de lo que decía.
-Con Chiara. En este momento le están llegando sus pasajes-
Cuando terminó de decir esas palabras, mi celular comenzó a vibrar. Observé la pantalla, era ella.
Sin embargo, no podía atenderla ahora.-Dime que pasa- demandé seria, cansada de tanto secreto -¿Es por lo de ayer?-
-No- dijo seco.
Maldición, ¿Dónde estaba mi Salvador?
Los ojos se me llenaron de lágrimas y sentí impotencia. Sin embargo, él se mantuvo frío y distante.
-¿Por qué me tengo que ir?- volví a insistir. No pensaba marcharme sin una respuesta.
Salvador bufó.
-¡No puedes ser tan desconsiderado!- exclamé furiosa- ¡Dime algo! Ponte en mi lugar-
-Sólo debes irte. Estarás mejor allí-
-Pero... ¿Por qué no vienes conmigo? ¿Por qué debo irme a una isla? ¿Con Chiara?- las preguntas se escapaban de mi boca -¿Qué les diré a mis padres?-
-No puedo responderte todo- contestó como si estuviera cansado de escucharme. Todo mi cuerpo vibraba producto del enojo -Por tus padres no te preocupes, lo arreglaré-
-Salvador...- murmuré con voz rota -¿Cuándo volveré contigo?-
Y las siguientes palabras, fueron las más inesperadas y dolorosas que escuché.
-No nos volveremos a ver-
Una lágrima se escapó de mis ojos y me obligué a cerrarlos.
-¡No puedes hacer esto! ¿Crees que es normal apartarme así de tu vida? Sin decirme nada-
Salvador no respondió. Simplemente me miró con expresión fría.
-No me iré a ninguna parte. No tienes derecho sobre mi vida- decreté.
-No te pregunté si querías-
¿Qué mierda le pasaba?
Cuando se dio cuenta que sus palabras habían sido duras, agregó.
-Es lo mejor para ustedes-
Un sollozo de impotencia se escapó de entre mis labios.
Esperaba que se acercara y me estrechara entre sus brazos. Que me dijera que no era cierto, que solo sería por poco tiempo.-No puedo creerlo- murmuré.
-El vuelo sale en tres horas. Recoge tus cosas-
-Tú no eres así- me atreví a mirarlo a los ojos, buscando algún vestigio de la persona que tanto amaba.
-Tú no me conoces Rebecca. Vete.- dijo frío
Esa persona ya no existía.
-Convertiste mi vida en un desatre- mascullé.
Salvador tenía la mandíbula tensa y su yugular parecía crecer. En otra oportunidad hubiera creído que mis palabras le hacian daño.
Todos los recuerdos de mi sufrimiento desde que lo conocí se hicieron presentes.
Las amenazas, el miedo a que le pasara algo a mis seres queridos, la obligación de tener que dejar mi hogar.
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ADICTIVO
Roman d'amourRebecca tenía muy en claro cuales eran sus objetivos en la vida: trabajar, estudiar y triunfar en el mundo de la moda. Sin embargo, no estaba en sus planes conocer a Salvador. Y a pesar de que tenía un aura de peligro que lo rodeaba, había algo en...