Saber caer

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No sé, no sé cuál fue el punto en el que mi corazón se rompió, la mente dejó de pensar y el alma no se podía levantar, en el punto en el que me encuentro ahora, que se me pone la piel de gallina por no poder llorar y eso es lo que más dolor me está causando no poder expresar lo que siento a través de un llanto.
Porque alguien me dijo una vez que el llanto es el sufrimiento guardado durante años, que es la última gota que colma el vaso, que es la erupción del volcán cuando no puede aguantar tanta lava en su descanso.
Pero qué pasaría si ese volcán no pudiera expulsar esa lava, si ese volcán se hundiera por no tener la suficiente fortaleza de sacar afuera ese tapón que le impide hacer la erupción, que pasaría si el vaso se agrietará por el peso del agua, pero no se llegará a romper por no mostrar su débil cristal.
Qué pasaría si la humanidad sobrepoblará la tierra y las especies se quedarán en peligro de extinción por un aumento en nuestra población, qué pasaría si te quitaran la sonrisa y fueras un robot sin sentimientos ni dolor.
Algo parecido es como me siento yo, sin poder gritar, ni llorar, sin poder expresarme por debilidad, por no mostrarme vulnerable a mi misma, por crear esa imagen de persona dura al frente de la gente, porque una vez construyes el prototipo de persona fuerte, cuando esa columna se derrumba te crees que toda la casa se viene abajo, que te llevarás a toda tu familia y amigos al sótano.
Y ahí está el principal problema, ellos son tu columna más fuerte y tú solo eres el techo que es soportado por ellos, si tú te caes no se derrumba toda la casa, ellos te ayudan a aguantarte y reformarte. Ese es el paso más duro de afrontar, darte cuenta de que no eres el problema principal, pero a la vez te ayuda a quitarte el peso de encima y demostrar que los techos de vez en cuando se pueden caer, pero lo más importante es que las columnas te ayudan a volver.

- No dejes que no poder sacar lo de dentro, destroce tu alrededor, aprende a sacar el agua que se excede y deja que la lava salga sin un tapón que le impida ver la luz del sol. Aprende a ser ese techo que se deja caer para saber levantarse otra vez.

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