Mi cabeza empezaba a pesar más que todo mi cuerpo junto, porque cada pensamiento rompía cada parte de mí, cada movimiento pesaba más que el anterior y cada sentimiento me provocaba más dolor, no estaba preparada para dejar este mundo, pero tampoco para vivir así, para vivir en una eterna soledad, para vivir en un paraíso imaginario que nunca llegaba a aparecer en la realidad.
Me había acostumbrado a sentirme mal y cuando alguien me abrazaba se sentía raro, como la primera vez que miras a alguien de verdad, como la primera vez que pruebas una colchoneta de saltar y después no sabes caminar hasta que tu cuerpo se acostumbra a la gravedad. Me sentía rara en ese sentimiento de que nadie me quería, pero a la vez todos querían estar conmigo, me sentía vacía, pero llena, llena por tener a tanta gente cerca, pero vacía por no valorarme a mi misma.
No sabía dónde comprar el billete que me llevará a ese lugar para encontrarme de verdad, para viajar por toda mi mente y encontrar el problema principal, para dejarme de tonterías y empezar a disfrutar. No sabía cómo empezar a no pensar, como dejar que las cosas ocurrieran sin más.
Dejar que el destino hiciera su función y me indicara el camino a aquel avión. Pero como siempre, ese vuelo se atrasaba por una tormenta espontánea, por una cabeza que solo pensaba en ella.
Porque ni el piloto automático me conducía a la búsqueda de mi misma, porque ella aparecía cuando estaba a punto de encontrar mi estrella fugaz, esa estrella que duraba 5 segundos y no cumplía ningún deseo que solía pedir, ni siquiera el de ser feliz.- Porque a veces los deseos se cumplen más tarde de lo que quieres, pero tarde o temprano aparecen.
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Un trocito de mi
PoesíaMi idea principal es hablar sobre la adolescencia, los sentimientos que voy experimentando y los recuerdos que he tenido al largo de mi vida, lo que quiero es que al leerlo entendáis cada palabra y sobretodo las notéis por todo el cuerpo. Es un libr...