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Los años habían pasado y Alice ya no era la pequeña niña tierna e inocente que solía ser

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Los años habían pasado y Alice ya no era la pequeña niña tierna e inocente que solía ser. De hecho Alice se había alejado de ese concepto hace mucho tiempo, a pesar de tener 14 años su manera de ser era la de una persona mucho mas mayor, era fria, sarcástica y despiadada si se lo proponía. Sin embargo al estar frente a las cámaras del Capitolio tenía que volver a su actuación, en esos caso era una chica amable y a veces coqueta, términos muy alejados de la realidad.

Los juegos la habían marcado, no podía consiliar el sueño durante las noches sin tener que recurrir a sus pastillas, su cuerpo ya no le pertenecía y sus adicciones cada vez iban en aumento.

Actualmente habían pasado casi tres años desde que Alice gano los juegos. Ha sido mentora por tres años y ha visto a todos sus tributos morir de las formas más despiadadas que podían haber y bueno a Alice dejo de importarle después del primer año, después de aceptar que inminentemente sus tributos si o si morirían.

Ser mentora no era tarea fácil, ahora entendía a Haymith, ambos se entendían perfectamente.

Los septuagesimos cuartos juegos del hambre estaban por llegar y eso solo significaba una cosa: "Alice regresaría al Capitolio por tiempo indefinido y seria presa de los hombres más ricos e influyentes".

El Capitolio (o infierno como Alice solia decirle) se había convertido en el lugar que más detestaba, ir significaba que habia sacado una nueva línea de ropa o cerámicas, o que ya le habían conseguido un comprador y tenia que ir y tener sexo con el o con ella.

Su vida era una mierda. Y seguiría siendo por el resto de su miserable vida.

Varias veces había recurrido a la idea de suicidarse y acabar de una vez por todas con todo ese sufrimiento, pero había algo que la ataba, su familia.

ㅡ¡Alice! ㅡ grito Haymith llamando su atención. Fue un alivió para Alice, ya estaba apunto de planear su muerte, una vez más ㅡ. Estas rara últimamente.

Alice sonrió despreciativamente.

ㅡSolo pensaba, los juegos ya casi son y tengo miedo de que Amy salga como tributo ㅡ respondío Alice abrazandose a si misma.

Haymitch soltó un suspiro. Entendía la preocupación de la menor, el temor de que un familiar fuera a los juegos y muriera o peor que se convirtiera en vencedora y tuviera el mismo destino que Alice.

ㅡYa se que te animará ㅡ dijo el mayor. Alice sonrió de lado, ya sabía a lo que se refería.

Haymith saco una botella de licor y dos copas, las puso en la mesita que estaba frente a ellos y empezó a servír.

ㅡMe conoces tan bien. Esto es lo único bueno de la vida. ㅡ dijo Alice mirando su copa.

ㅡHay otras cosas buenas, lindura ㅡ replicó Haymith.

Alice rio irónicamente.

ㅡClaro ㅡ dijo sarcasticamente ㅡ ¿Como cuales?

Haymith guardó silencio ¿Que le podría decir a una adolescente de 14 años para que deje de pensar en la muerte? Si bien el también penso en eso, Haymitch sentía que Alice aún podía encontrar su felicidad de alguna manera.

ㅡExacto no hay. Nosotros simplemente somos títeres del Capitolio, ellos hacen nuestra vida, no tenemos libertad de escoger ㅡ dicho esto dio un gran sorbo a su copa.

Habia pasado aproximadamente dos horas, las cuales habian pasado tomando (como siempre).

ㅡ¿Tu madre sabe que vienes aqui para tomar como una desquiciada?

ㅡClaro que lo sabe, le dije que venia aqui para tomar hasta que las nalgas me desobedecieran ㅡ río Alice. Ver a Alice reír era raro y solo lo hacia de manera sincera con un grupo selecto de personas.

ㅡOdio tu sarcasmo ㅡ fartullo Haymith.

ㅡY yo la vida. ㅡ añadió Alice fríamente. ㅡPero amo eso ㅡ dijo señalando a la botella de licor.

Haymith rio ante el comentario de Alice.

ㅡNo puedes amar a una botella ㅡ interrumpió Haymith.

ㅡClaro que si ㅡ replicó Alice con el seño fruncido abrazando la botella.

ㅡYa estás muy tomada, vete a casa no quiero problemas con tu madre.

ㅡ¿Me vas a correr en este estado? Mirame estoy ebria, podría perderme ㅡ dramátizo Alice.

Haymith se sentía afortunado de ser del selecto grupo de personas que Alice consideraba confiables. Con el reía, jugaba y bromeaba, era una "adolescente normal" entre comillas.

ㅡNo seas dramática, vives a unos cuantos pasos de aquí.

ㅡBien, pero que quede en tu consciencia. Si me pasa algo será tu culpa Haymith Abernathy ㅡ amenazó Alice parandose del sillón y tambaleandose.

Se despidió de su antiguo mentor y tomo camino a su casa. Ella ahora vivía en la aldea de los vencedores junto con su madre y hermana adoptiva. Abrió y cerró la puerta intentando no hacer ruido, si su madre la veía en ese estado tal vez le pegaría, porque ella decía que aún era muy joven como para consumir ese tipo de sustancias, pero Alice tampoco se había atrevido a decirle todas las.cosas que estaba viviendo, así que simplemente iba con Haymitch y sacaba todo con ayuda del alcohol. Su madre no la vio entrar, pero quién si la vio fue Amy.

ㅡ¡Ali... ㅡ fue interrumpida por Alice quien la llevo rápidamente a su habitación.

ㅡ¿Como esta la mejor niña del mundo? ㅡ preguntó Alice suavemente.

ㅡAsustada ㅡ respondío, frunciendo la nariz a causa del aroma del alcohol que tenía Alice impregnado.

Alice sabía la razón, pero aún asi le pregunto.

ㅡ¿Porque pequeña?

Amy jugueteo con sus manos antes de contestar.

ㅡMi nombre va salir este año ㅡ susurro.

Alice asintió repetidas veces y suspirando se agachó hasta su altura.

ㅡYa veo. Sabes tu nunca vas a ser tributo, no lo permitiré. Tu nombre nunca saldrá te lo prometo ㅡ dijo Alice mirandola directamente a los ojos.

ㅡLo juras.

ㅡEy, Alice Moon siempre cumple sus promesas. Pero te lo juro.


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