52 🍃 Scuse

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Al alejarse del distrito doce Alice decide irse a su habitación un rato para estar sola, se acuesta y abrazando una de las almohadas comienza a sacar todo eso que venía guardando desde hace mucho tiempo

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Al alejarse del distrito doce Alice decide irse a su habitación un rato para estar sola, se acuesta y abrazando una de las almohadas comienza a sacar todo eso que venía guardando desde hace mucho tiempo. Lloro y grito hasta que quedó completamente vacía. ¡Vaya cumpleaños de mierda que está teniendo!

Cuando Effie llama a la puerta para la cena unas horas después, Alice esta vacía, tiene los ojos hinchados de tanto llorar.

La comida está poco animada, tanto que, de hecho, guardaron silencio durante largos períodos, sólo interrumpidos por el cambio de platos. Una sopa fría de puré de veg etales; pasteles de pescado con un cremoso paté de lima; aquellos pajaritos rellenos de salsa de naranja, con arroz salvaje y berros; natillas de chocolate salpicadas de cerezas.

Peeta y Effie intentan iniciar alguna conversación, sin éxito.

—Me encanta tu nuevo pelo, Effie —comenta Peeta.

—Gracias. Lo pedí expresamente
para que fuese a juego con el broche
de Katniss. Pensaba conseguirte una
pulsera dorada para el tobillo, Alice tiene ese collar de cisne que tanto usa y quizá conseguir un brazalete de oro para Haymitch, o algo así, para que parezcamos todos un equipo.

—Creo que es una gran idea —dice Peeta—. ¿Qué te parece, Haymitch?

—Sí, lo que queráis —responde Haymitch. No está bebiendo.

Los camareros se llevaron la copa de
vino de Effie cuando ella vio el esfuerzo que hacía su compañero y Alice,pero Haymitch seguía en un estado lamentable.

Se estaba esforzando por mantenerse sirvió y así poder ayudar a Alice y sacarla con vida. Le había hecho una promesa y estaba decidido a cumplirla, además no sabía que haría de su vida sin ella.

—Quizá podríamos buscarte una
peluca —comento Katniss, intentando
bromear. El me mira como diciendo
que lo deje en paz, y todos volvemos a
comernos las natillas en silencio.

—Yo creo que te verías bien —opino Alice dándole una mirada de complicidad a Katniss. Haymitch rodó los ojos.

—¿Queréis que veamos los resúmenes de las cosechas? —pregunta Effie mientras se limpia las comisuras de los labios con una servilleta de lino blanco.

Peeta va a por su cuaderno con las
notas sobre los vencedores y se
reúnen en el compartimento del
televisor para ver quiénes serán sus enemigos. Estan todos preparados cuando empieza a sonar el himno que da comienzo a los resúmenes de las ceremonias de los doce distritos.

Alice reconoce muchas de sus caras ,ha convivido con algunos durante su tiempo de mentora. Algunos están tan
mayores o destrozados por enfermedades, drogas o la bebida, solo era cuestión de tiempo para que Alice terminará igual, aunque ahora eso no importaba si de todas formas moriría en la arena. O quizá no.

Como cabría esperar, en los distritos 1, 2 y 4 es donde más tributos profesionales hay.

Las cosechas avanzan deprisa.
Peeta coloca con minuciosidad una
estrella junto a los nombres de los
tributos elegidos. Haymitch observa, vacío de emociones, mientras sus
amigos suben al escenario. Effie hace
comentarios ahogados y afligidos
como: «Oh, no, Cecelia no». O:«Bueno, a Chaff nunca le ha gusta perderse una buena pelea». También suspira con frecuencia. En cuanto a Alice ella procura no mirar el televisor.

Están los guapos hermanos, hombre y mujer, del Distrito 1 que ganaron en años consecutivos cuando acompañados de Iza, una vencedora un poco más mayor que ellos. Brutus, un voluntario del Distrito 2, que debe de tener al menos cuarenta años y, al parecer, está deseando volver a la arena.

Finnick, el atractivo chico de cabello de bronce del Distrito 4 que fue coronado hace diez años, a la edad de catorce. Alice voltea a ver el televisor cuando sale la cosecha del distrito cuatro, su vista no se despegó de Finnick quien lucía mucho mas musculoso que la última vez que lo vio. Ahora tenía la extraña necesidad de verlo sin camisa.

También llaman a Annie Cresta, aunque la reemplaza rápidamente una voluntaria, Mags, y por último iría Brad un anciano unos años mejor que Mags. Alice siente de nuevo las ganas de llorar. 

Después está Johanna Mason, la
única vencedora con vida del Distrito
7, que ganó hace unos cuantos años
fingiendo ser una enclenque. La mujer del 8 a quien Effie ha llamado Cecelia parece tener unos treinta años y debe separarse de tres niños que la aferran con fuerza. También eligen a Chaff, un hombre del 11 muy amigo de Haymitch. Del distrito once también eligen a Neil, ese chico que fue el primero en darle la bienvenida al crudo mundo de los vencedores, y que a pesar de la gran diferencia de edad se había convertido en un buen amigo para Alice.

Después llaman a Alice, Katniss y a Haymitch. Y Peeta se ofrece
voluntario. Una de las presentadoras
llega a ponerse llorosa porque, al
parecer, la suerte nunca estará de
parte de los trágicos amantes del
Distrito 12. Después se calma y dice
que seguro que son «¡los mejores
Juegos del Hambre de la historia!».
Haymitch sale del compartimento
sin decir palabra, y Effie, después de
unos cuantos comentarios inconexos
sobre los tributos, les da las buenas
noches.

—Espera un momento Alice tengo algo que decirte —llama Peeta antes de que Alice se levantará y de igual manera se fuera.

Alice dudó un momento en quedarse, ero la mirada suplicante de Katniss fue lo único que necesito para quedarse.

—Te escucho.

—¿Puedes dejarnos solos, Katniss?

La pelinegra frunció el ceño, pero aún así hizo caso.

—Lo lamento. Tenías razón cuando dijiste que Katniss no era la única vencedora con una familia. Y también siento lo de tu alcohol, no debí tirarlo sin decirte nada. Entonces ¿Todo bien?.

Alice asintió sin decir nada.

—Yo también lamento haberte hecho ese corte —agrego Alice señalando la pequeña cicatriz del cuello del chico y saliendo del compartimiento sin darle la oportunidad de decir algo.

Vago un rato por la zona del bar buscando a Haymitch, pero no lo encontró supuso que quizá seguía con la promesa de estar sobrio.

—¿Puedo pasar? —pregunto la rubia dando suaves golpes en la puerta de la habitación de Haymitch.

Haymitch no tardo en abrir la puerta y envolverla con un abrazo.

—No es el mejor momento para decir esto, pero felíz cumpleaños.

Alice sonrió a medias. Sin duda era uno de los peores cumpleaños que ha tenido. Daría lo que fuera por poder festejarlo como en los años anteriores, cuando se encerraba en el bar junto a Haymitch y ambos bebian hasta perder el conocimiento.

—Gracias, Haymitch —jugueteo con sus nerviosa —. ¿Me puedo quedar a dormir?

—Sabes que si —asiente el mayor dejándola pasar.

Los dos se acomodaron en la cama. Haymitch la abrazo acariciando su hombro como de costumbre. Faltaba poco para llegar al Capitolio y Alice no podía estar más ansiosa.

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