53 🍃 Provocation

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Como ya ha pasado muchas veces por sesiones de preparación con Flavius, Venia y Octavia y otros más,  sobrevivir a la experiencia no debería ser más que una vieja rutina

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Como ya ha pasado muchas veces por sesiones de preparación con Flavius, Venia y Octavia y otros más,  sobrevivir a la experiencia no debería ser más que una vieja rutina.

Sin embargo, no se esperaba el trauma emotivo al que le iban a someter. Todos y cada uno de ellos rompen a llorar en algún momento de la preparación al menos dos veces, y Octavia se pasa prácticamente toda la mañana gimiendo sin parar.

Alice lo sabe, sabe que el Capitolio entero está encariñado con los vencedores. Algunos con uno, otros con dos y otros tantos con todos, nadie los quiere ver morir. Aunque Alice cree que se olvidarán de todo en cuanto suene el gong.

Hasta ahora no les había supuesto ningún problema ver cómo asesinan a los niños año tras año, pero quizá sepan demasiado sobre los vencedores para olvidar que son seres humanos, sobre todo los que llevan siendo famosos muchos años. Demasiado parecido a ver cómo mueren tus
amigos; demasiado parecido a lo que significan los juegos para la gente de los distritos.

Al terminar toda la sesión de limpieza y preparación Alice espera pacientemente la llegada de su estilista, no sabe si será Cinna o Portia o si le habrán asignado uno nuevo. Estaba sentada en el borde de la camilla donde la tenían moviendo sus piernas con un poco de nerviosismo.

—Mirate, que grande estás —escucho una voz que se le hizo familiar.

Alice alzó la mirada y ladeó la cabeza. Su cerebro trabajo rápidamente intentando recordar, era obvio que esa mujer la conocía. Pronto los recuerdos de sus juegos le inundaron la mente.

—¿Zenda?

Alice se levantó de golpe. Fue como retroceder tres años atrás, solo que ella ya no tenía doce y Zenda se veía tan solo un poco diferente. Recorrió a la mujer de arriba abajo un poco incrédula de lo que estaba viendo, hasta que se convenció de que aquella mujer era la misma que la había arreglado años atrás.

Se contuvo las ganas de abrazarla, no quería que le volvieran a hacer toda la limpieza completa por el simple hecho de haber tenido contacto con alguien más, algo tonto en su opinión.

—Pense... ¿Porque desapareciste tanto tiempo? —Alice frunció el ceño.

—Ya era tiempo de retirarme —responde con su clásica voz ronca masculina —. Pero cuando ví que volverías hice todo lo posible porque me aceptarán de nuevo. Yo te recibí cuando fuiste campeona y quiero despedirte.

Alice sonrió con tristeza. Tenía razón, quizá sería la última vez que se verían.

—Alejemos toda esa tristeza y centremosno en lo importante.

Alice solo asintió y se dejó hacer todo lo que la mujer le hacía. Empezó con su cabello, que peino y ondulo de manera que quedó amarrado en un elegante moño con unos cuantos mechones afuera perfectamente ondulados.

Tardo unos minutos más en su rostro, parecía que estaba borrando sus rasgos y maquillando otros nuevos. Sus pecas apenas eran visibles tras toda esa capa de maquillaje. Sus ojos los maquillo de tal forma que resaltaba el hermoso color azul, sus labios los tinturo de rojo intenso.

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