Los 71° juegos del hambre están por comenzar, los tributos están listos para luchar. Alice Moon en una de ellos, una niña de tan sólo 12 años de edad con ninguna habilidad aparente y mucho mas débil que los demas tributos. Pero de lo que está segura...
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—Aja...
—Este año es importante...
—Aja...
—¿Alice me estás escuchando?.
Alice alzó la mirada.
—Haymitch por el amor de Panem, conozco todo lo que hay que saber sobre supervivencia en la arena.
Haymitch suspiro y se sentó a su lado cruzando los brazos.
—Estos no son unos juegos cualquiera Alice, es un vasallaje y todos son vencedores, sumando el hecho que seguramente Snow quiera eliminarlos a todos.
—Entonces te sugiero que tú y Plutarch se pongan a trabajar rápido.
Haymitch volvió a suspirar ante la repentina actitud despreocupada de Alice.
—¿Como pasamos de estar preocupados a nada me importa?
—Estoy en mi papel Haymitch.
—No tienes que fingir cuando estás conmigo.
—Lo sé.
Unos minutos más tarde y después de que Haymitch golpeara repetidas veces la puerta del dormitorio de Katniss, la pelinegra se digno a salir ya cuando el mayor estaba impaciente. Peeta también ya estaba ahí esperando escuchando la estrategia de Haymitch, de la cuál Alice no habia escuchado ni una sola palabra.
—Llegas tarde —ladra
—Lo siento, me quedé dormida después de que las pesadillas de lenguas mutiladas me mantuvieran despierta media noche.
—Bienvenida al club.
Haymitch la mira con el ceño fruncido, aunque después cede un poco. También le hace un gesto a Alice para que guardara silencio.
—Vale, no pasa nada. En el entrenamiento de hoy tienen dos misiones: una, seguir enamorados.
—Obviamente —responde.
—Y dos: hacer amigos.
—No, no confío en ninguno de ellos —afirmo—. A la mayoría no los soporto y preferiría que funcionaramos los dos solos.
—Ouch, eso dolió.
—Es lo primero que dije yo, pero... —empieza Peeta.
—Pero no bastará —insiste Haymitch—. Esta vez van a necesitar más aliados . —¿Por qué? —pregunto la pelinegra.
—Porque están en clara desventaja. Sus competidores se conocen desde hace años, así que ¿a quién crees que van a atacar primero?
—A nosotros, y nada de lo que hagamos logrará superar esas viejas amistades, así que, ¿por qué molestarse?
—Porque pueden luchar. Son populares entre el público. Eso podría conseguirles buenos aliados, aunque sólo si hacen saber a los demás que estan dispuestos a unirse a ellos — responde Haymitch.
—¿Quieres decir que este año nos quieres en la manada de los profesionales?.
—Ésa ha sido nuestra estrategia, ¿no? Entrenar como los profesionales —insiste Haymitch—. Los componentes de la manada de profesionales suelen acordarse antes del inicio de los juegos.
—Entonces tenemos que intentar llevarnos bien con Finnick y Brutus, ¿es eso lo que dices?
—No necesariamente. Todos son vencedores, pueden elegir vuestra propia manada, si quieren. Seleccionen a quien más les guste. Les sugeriría a Chaff y Seeder, y conviene tener a Finnick y Alice en cuenta —dice Haymitch—. Encuentren un aliado que les pueda resultar de utilidad. Recuerden que ya no son un grupo de chiquillos temblorosos. Estas personas son asesinos experimentados, da igual que no parezcan estar en buena forma.
Hizo una pausa pensando en algo y volvió a hablar.
—Aunque hay una alianza que ya se ha formado desde mucho antes de los juegos y yo les sugiero que se unan a ellos o que se cuiden.
—¿Quienes son? —pregunto Peeta con curiosidad.
—El cuarteto de oro, amigos inseparables. Distrito once Neil, ganó sus juegos a los dieciséis años utilizando sus puños y una espada, como pueden ver está en perfecta forma física y no dudará en atacar para defender a sus aliados. Del distrito siete Johana Mason gano sus juegos haciéndose pasar por una niña indefensa, puras mentiras, no dudó en acabar con todos en la arena y este año no será diferente. Distrito cuatro Finnick Oddair considerado el vencedor más joven antes de Alice, el niño de oro del Capitolio, bastante hábil en el mar y popular entre el público. Del distrito doce Alice Moon...
—¡¿Alice?! —exclamaron ambos.
—Sorprendente ¿No? Tal vez sientan que la conocen, pero hay mucho de ella que permanece escondido. Ganó sus juegos a los doce años, la vencedora más joven, la princesa del Capitolio. Esa niña es bastante letal si se le provoca, aún recuerdo cuando casi le corta el cuello a...
—Si, si, ya conocen esa historia —Alice rodó los ojos.
—Como sea. En mi opinión esa es la alianza más fuerte, todos están es perfecto estado físico y son muy letales.
—No se si debería sentirme alagada u ofendida.
—Ambas, cielito. —señalo a Katniss y Peeta —. Ustedes dos tienen mucho trabajo que hacer, Katniss intenta parecer más amigable, lo necesitas. Alice tú... Asegúrate de que no se meta en problemas.
—No soy su niñera —se quejó la rubia.
—Lo sé, lo sé, pero lo último que necesitamos es que se meta en problemas con alguno de los vencedores antes de empezar los juegos.
—Pero Haymitch...
—Solo tienes que verla, nada complicado. No quiero peros Alice.
—Odio cuando te pones en plan padre regañon.
—Yo no me pongo en ningún plan.
—Si lo haces.
—Que no.
Effie se presenta algo temprano para bajar con ellos, porque el último año, pese a llegar a tiempo, Katniss y Peeta fueron los últimos en aparecer. Sin embargo, Haymitch le dice que no quiere que los lleve al gimnasio, que los demás vencedores no irán con niñera y que, al ser los más jóvenes, es importante que parezcan independientes.
Antes de irse Alice toma sus lentes oscuros y se los pone, Haymitch la toma del hombro sin dejarla ir.
—¿A dónde crees que vas con eso?
—A entrenar
—¿Con los lentes?
—¿No te gustan? —Alice enarco una ceja.
—No se trata de gusto, Alice. —suspira Haymitch y después rodó los ojos
—Es parte de mi papel, además se ven con estilo.
Haymitch suspiro y negó con la cabeza, en su rostro se veía una pizca de diversión.
—Vete ya.
—Te veré más tarde, suerte en tus negocios. No me extrañes.
—¿Por qué te extrañaría? He hecho esto sin ti antes.
