ⅠⅩ | El Reclutamiento: Prueba Final

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—Que patético discurso me hiciste leer, Hubert. Tus discursos son peores que los de Fred —se quejo el Principal Nilam al ansioso estadio repleto de investigadores, después de terminar con su tableta y maxificar otra cerca de él—. Hoy, 15 de agosto, justo cuando finalice el reclutamiento se anunciará lo que todos nosotros ya sabemos. Hoy el mundo presenciará la muerte de uno de los Principales.

El público, y con ellos incluido aquel oculto en las sombras, escuchaba atentamente sus palabras.

—No está demás aclarar que, hasta hace poco, no le habíamos comunicado su muerte para respetar el tiempo de luto de los aditheos que fueron brutalmente asesinados al inicio del mes pero bla, bla, bla. ¿Ya puedo dejar de leer mierda y empezar la prueba? Todo bien con mi Profesora. Era como mi madre, pero ella sabe que yo detestaria leer esto —se quejó, deslizando páginas y páginas de documentos hasta encontrar lo que deseaba—. Hace un par de años fui la nueva adquisición que tuvo el famoso comité de los Principales, pero hoy le daremos la bienvenida a una nueva Principal que entrará en vigencia para los registros desde el momento que pise este salón. Elegida por Rafferty O'Connor como su heredera. Una de los doce integrantes de la 1era generación de aditheos. Jefa de la brigada de aditheos, de segunda línea, y embajadora de The Union por más de seis años. ¡Démosle la bienvenida a la Principal Dai Light!

El rostro de Black Spear se contorsiono al escuchar ese nombre y, el ver como las gradas ovacionaban a esa mujer de cabello dorado que entraba al estadio, con su cabeza bien peinada y batiendo su pulcra bata por el aire, hizo que se levantara para asegurarse que no estaba alucinando.

Ahora Dai era una Principal.

Ella saludaba a las decenas de diminutos drones que la rodeaban y enviaban su imagen al gigante holograma sobre la arena mientras que Nilam continuaba la presentación al anunciar los nombres de sus candidatos, quienes salieron después de ella.

Siguiendo el mismo patrón, Principal y candidatos fueron recibidos con aplausos al ser presentados a los investigadores antes de dirigirse a sus asientos —distribuidos en doce balcones dispuestos alrededor de la arena de combate, a un nivel más bajo que las gradas— para esperar el inicio de la prueba.

Cuando el equipo Dai llegó a su balcón, después de ordenar a los representantes en la segunda fila de cuatro asientos para poder sentarse sola con sus candidatos en primera fila, no tardó ni un segundo en hablarles.

—Ahora, préstenme atención. El Doctor se ha vuelto loco, o bueno, más de lo que ya estaba. Cambio la prueba hace unos días y ningún Principal sabe lo que quiere. Ni siquiera sé que quiere evaluar aquí. Deben estar atentos de todos los candidatos que atraviesen esas puertas. Busquen información. No sabemos quienes están con o contra ustedes. Hay que ser precavidos...

Sin esperar sus respuestas, ella se enderezó en su asiento para ver el holograma del Principal Rogers entrando al estadio con Abraham Gibson y Jack Cook, y sus padres; pero Deven ni siquiera podía fijarse en ellos.

Las probabilidades de no encontrar a Rafferty O'Connor no dejaban de incrementar por cada segundo que pasaba sentado en el balcón de la Principal Dai, viendo la entrada del resto de equipos, y esto lo desesperaba. Su incapacidad para encontrarla lo mortificaba.

No había encontrado rastros de ella en la Corporación. Tampoco en el vestíbulo. Mucho menos en las gradas de los investigadores.

Simplemente era como si hubiera desaparecido de la faz de la tierra.

La mujer más importante del mundo ni siquiera parecía existir.

«¿Qué mierda se supone que haré ahora? —se preguntaba, viendo impaciente a los investigadores— ¿Estos se supone que son los que me juzgaran? ¿Ellos decidirán si me quitan mi destino?»

El Destino de los CondenadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora