Del infierno al cielo [Axl Rose]

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Sinopsis: A Lindsay la vida nunca le ha sonreído. Una noche, conoce a cinco chicos problemáticos que serán capaces de cambiar todo su mundo.
Advertencia: Contenido sexual explícito, lenguaje vulgar en algunos diálogos, un poco más de violencia de lo habital.















Como todas las noches, los cinco integrantes de una banda prácticamente desconocida habían acudido al club de strippers para obtener algo de su diversión habitual, traducida en chicas y alcohol. Nada más entrar, lo primero que les llamó la atención fue la chica que realizaba el pole dance, la cual se encontraba ya en ropa interior. Poseía un cuerpo esbelto y, aunque sus pechos eran algo pequeños, lo compensaba con unos glúteos bien torneados y su larga cabellera rubia, que se movía al compás de su cuerpo arrancando chiflidos por parte de los enloquecidos hombres que la observaban.

-Nunca había visto a esa chica por aquí -comentó Slash, prendiendo un cigarrillo-. Debe de ser nueva.

-Está bien buena, yo le daba -agregó Steven con la mirada extraviada.

-Hey, contrólate, depravado de mierda -requirió Axl-. ¿No ves que eso que está ahí es solo una niña?

-No le hagas caso -señaló Izzy, pasándole una botella a Duff-. Este ya está hasta el culo de cocaína.

Tal como había señalado Axl, las facciones de la bailarina eran ligeramente aniñadas, como las de una adolescente; pero esto poco le importó a cuatro o cinco hombres muy pasados de alcohol, que se subieron al escenario en el cual actuaba la chica y la agarraron por los brazos, intentando arrancarle la prenda inferior de su cuerpo. Ella trató de resistirse y, en medio del forcejeo, se golpeó la cabeza contra el tubo metálico con fuerza, ocasionándose una herida de la que comenzó a manar sangre en abundancia que casi la cegaba. La jovencita chillaba de una manera que provocaba escalofríos y las lágrimas brillaban en su rostro blanquecino. Uno de los hombres se desabrochó el pantalón y ella empezó a patalear desesperadamente.

-¡¿Pero qué mierda...?! -exclamó Slash, levantándose de golpe del asiento que ocupaba.

-Nunca había visto que pasara algo así en este lugar -añadió Izzy con los ojos muy abiertos.

La reacción de Axl no se la esperaba ninguno de ellos, pues el pelirrojo saltó como un relámpago hacia el escenario y derribó de un puñetazo al hombre que ya se había posicionado sobre la chica. Los demás integrantes del grupo siguieron su ejemplo y se abalanzaron sobre los otros borrachos, logrando quitárselos de encima a la jovencita a punta de empujones y golpes. Cuando consiguieron ahuyentarlos, Axl colocó su chaqueta sobre los hombros a la muchacha y la condujo a un rincón casi vacío del club, haciéndola sentarse en una silla. El resto de los chicos los siguieron, e Izzy sacó un pañuelo desechable de alguna parte para ponerlo en la herida sangrante de la adolescente.

-Tranquila, nena, ya todo pasó -dijo Axl en un tono suave-. ¿Cómo te llamas?

-Lindsay -respondió ella en medio de hipidos y sollozos quebrados, con la cabeza baja.

-¿Qué edad tienes? -preguntó Duff.

-Diéciseis -contestó Lindsay.

-¿Por qué una niña como tú está en un club de mierda como este? -inquirió Axl, frunciendo el ceño.

Lindsay alzó la cabeza, y los chicos no pudieron evitar sentir lástima por ella. Tenía los labios llenos y bien delineados, una boca sensual y firme, además de unas mejillas tersas y unos expresivos ojos de color verde-azulado, que a pesar de ser preciosos, parecían estar cansados por los avatares de la vida y su mirada era la de un animal asustado que se había resignado a ser llevado al matadero.

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