Una línea en una canción [Patrick Stump]

123 2 0
                                    

Sinopsis: Patrick se convierte en el amante de su mejor amiga.

Advertencia: Contenido sexual explícito. Historia narrada en primera persona.










Llegué a casa tarde debido a mi trabajo, como de costumbre. Nada más abrir la puerta, me encontré con la ya habitual imagen de Joshua, mi esposo desde hacía cinco años, tirado en el sofá con tan solo unos calzoncillos, rodeado de latas de cerveza vacías y una caja de cartón con restos de una pizza a medio comer. El resto de su ropa estaba desparramada por el suelo, al igual que algunas colillas de cigarro.

—¡¿Qué es todo este desorden?! —chillé, despertándolo de su profundo sueño.

—Cállate —ordenó con su mal humor de siempre—. Si llegaras a casa temprano, podrías poner las cosas en orden; pero ni para eso sirves, inútil.

Decidí ignorar los insultos, que ya eran el pan de cada día.

—Yo trabajo en la calle —repliqué—. Tienes dos manos; bien que podrías ordenar tu propio desorden.

—No entiendo por qué te dio por trabajar —gruñó Joshua, levantándose del sofá para ir a ducharse—. Yo te doy todo lo que necesitas. Las mujeres son para quedarse en la casa.

—No quiero depender de ti, Joshua —resoplé, entrando a la habitación que compartíamos.

No podía comprender cómo era que había cambiado tanto de la noche a la mañana. Cuando éramos novios, todo era muy distinto. Él se comportaba con dulzura, era detallista, atento; todo un caballero. Sin embargo, luego de firmar los papeles, comenzó a comportarse de manera egoísta y posesiva, tratando de controlar cada aspecto de mi vida; desde mis amistades hasta mis llamadas. Pensé que todo mejoraría en cuanto formáramos una familia, así que intentamos tener hijos durante mucho tiempo. Pero no resultó, y él me echó la culpa de todo, negándose a hacerse cualquier test de fertilidad.

Hacía tiempo que ya no me tocaba, y esa noche no fue la excepción.

Al día siguiente, logré salir temprano del trabajo. En el camino a casa, divisé el auto de Joshua y estuve mirando por unos momentos para ver si lograba dar con él, hasta que lo vi entrar en un motel con una rubia con más operaciones que un libro de álgebra. No se necesitaba ser un genio para saber lo que iban a hacer allí.

Con los ojos llenos de lágrimas, me encaminé a casa. Solo tomé una ducha y me fui a la cama sin cenar. Aún no podía procesar del todo lo que acababa de descubrir. Cuando él regresó, yo aún estaba despierta. Sin decirme nada, comenzó a cubrir mi cara de besos babosos y me arrancó la ropa. Me penetró sin preámbulos, gimiendo como un animal. No sentí nada; pero sé perfectamente que eso era lo que menos le importaba a Joshua. Estaba tan shockeada por los acontecimientos del día, que ni siquiera pude reaccionar. Era como una muñeca de trapo entre sus brazos.

—Maldita frígida —le oí mascullar con rabia, para después caer rendido por el cansancio.

Ya era de madrugada, cuando al fin reuní el valor para levantarme. Me di una ducha para quitarme la sensación de estar sucia que él había provocado en mí, y me tomé una píldora del día siguiente. El sueño de tener hijos debería esperar. Fue entonces cuando decidí ir en busca de mi mejor amigo.

Patrick y yo habíamos crecido juntos. Cuando llegamos a la adolescencia, él me confesó que estaba enamorado de mí; pero yo no podía asegurar que le correspondía, así que decidí no arruinar nuestra fabulosa amistad y lo rechacé. En la actualidad, él tenía una exitosa banda de rock, y hubiera podido tener a la mujer que quisiera. Aún así, la última vez que nos vimos había dicho que seguía enamorado de mí.

One-shots sobre diversos cantantes y músicos [Pedidos cerrados]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora