¡Me dejó sola en nuestro primer aniversario! Cuando creí que Connor Wren no podría hacerme algo peor, llega esto. Me incorporo de la cama lanzando a un lado las sábanas con furia. Le doy un voto de fe al buscarlo por toda la habitación, pero consciente de que no estaría en ningún lado.
—Grandísimo imbécil—escupo presa de la rabia.
No había señal que estuvo aquí hace algún tiempo. No puedo entender que puede ser más importante que tu esposa y el hogar que supuestamente pretende formar.
El fino reloj de la pared marcaba las doce. Nosotros arribamos al hotel a la diez, bastante tarde; pues tuvo una reunión urgente que no pudo posponer. La misma excusa de todos días, que ya no me esforzaba en refutar.
Estaba demasiado cansada física y emocionalmente. Agoté todos los recursos para sostener este matrimonio y en este instante me daba por vencida. No había poder humano o espiritual que lograra traer de vuelta a mi hogar la llama de la pasión o el amor. Cada que intentaba algo diferente, recibía burlas de su parte por el ridículo o golpes.
Volver en nuestro primer aniversario de bodas al sitio de nuestra luna de miel me pareció fantástico. Una buena señal, me decía que Connor quería hacer las cosas bien. Había prometido dar todo de su parte, tras escucharme pedirle el divorcio hacía un mes atrás.
Nada iba a cambiar, lo sucedido me hizo entenderlo. Tal parece, que Connor Wren no era el príncipe azul que creí. Sin mencionar que estaba convencida que mi esposo tenía una amante. Son muchos y variados los detalles que me han hecho llegar a esa conclusión. He encontrado rastros de maquillaje en su camisa, mensajes o llamadas extrañas a altas horas de la madrugada y lo agresivo que se vuelve cuando tomo su móvil.
—Eres patética Maggie —murmuró con rabia tomando la levantadora y cubriéndome con ella.
Debí darme cuenta del fracaso que era mi matrimonio cuando en el día de nuestra luna de miel me dejó sola en mitad de la noche. Esperó a verme dormida para salir de la suite matrimonial. Un año después en nuestro aniversario todo se repetía, hasta despertar sola en medio de la madrugada.
Rumbo a la terraza paso por el tocador, hallando en él una simple nota "—Regreso en unos minutos, estaré arreglando algunas rutas para mañana". No hay un "te amo" o "lo siento mucho", yo no era merecedora de esos actos para Connor.
Arrugo la nota de papel en mi mano y la lanzo a la cesta de basura dirigiéndome a la terraza. En el quinto mes de casados vomité las mariposas del estómago al hallar en su pantalón un preservativo y olor a perfume masculino. No sabía cómo lidiar con una situación de ese tamaño, fue Keira (mi mejor amiga) quien me dijo le enfrentara.
Recibí la primera bofetada ese día, pensé en morirme al verle hacerlo. Fue difícil ver al amor de tu vida golpearte, no me imaginé algo así cuando me casé. No pude decirle a mi amiga lo sucedido y en adelante me he vuelto experta en dar excusas de todo tipo por mis marcas en los brazos.
Cinco días después me obligó a renunciar a mi trabajo. Yo no necesitaría trabajar, porque él me daría todo y ayudaría a mis padres. Pienso que mi matrimonio se quebró tras ese golpe, nada volvió a ser lo mismo por más esfuerzo que le pusiera.
—¿Qué más tiene que hacerte, Maggie Ellery? ¿Dónde está tu dignidad? —me reprendo.
No puedo creer que mi destino se haya marcado de esta manera tan horrible. Al lado de un hombre al que no le importo y no pierde la oportunidad para decirlo.
Yo no soy merecedora de aquellos detalles, pueda que sus amantes sí. Sentada en medio de tanto lujo entiendo que estoy sola en esto. Mis padres son tan religiosos que no estarán de acuerdo en que me divorcie. Me alejó de amigos, su astucia se manifestó en ese acto. Poco a poco me fue encerrando en casa, alegaba que las amistades pervertían. Con la única que seguía hablando y solo porque ella ignoraba su rostro enojado era con Keira.

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infieles
Romansa¿Qué harías si un buen día descubres que tu esposo, te es infiel y que la coprotagonista de esta historia es tu mejor amiga? Sí. Tu mejor amiga, aquella con la has compartido buenos y malos momentos, la misma que quiso casarse el mismo día que tú lo...