2.

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Instituto Namimori.

Caminamos lentamente hacia el instituto del jefe Vongola. Íbamos vestidos con nuestro antiguo uniforme. Durante el trayecto, nos topamos con un chico castaño anaranjado, bueno yo no le vi, me estrellé contra él. El chico cayó al suelo y le ayude a levantarse. Cuando me di cuenta, mi familia se había ido ya.

- Siento mucho haber hecho que cayeras.

- No te preocupes. Estaba en mi mundo. Bueno... Adiós.

El chico se alejó y entonces me di cuenta. No sabía dónde estaba ni cómo llegar al instituto.

-¡Espera chico!

Se paró y corrí a su lado.

-¿No sabrás donde estan Instituto Namimori?

-Sí, allí estudio. Puedo acompañarte.

-Muchísimas gracias. Por cierto me llamo Enma Kozato.

-De nada. Yo me llamo Tsunayoshi Sawada, pero llámame Tsuna.

Tsuna y yo caminamos tranquilamente hasta el instituto. Entonces, algo mi mente se iluminó. El líder de la Vongola se llama igual que este chico... El décimo líder de la Vongola está a mi lado... Era ese chico. Llegamos al colegio y allí estaba mi familia esperando.

-Ya nos veremos Enma.

-Adiós Tsuna.

Él entró y yo me quedé en la entrada con los demás.

-Vaya, vaya, vaya... Perdedor Enma ya ha conocido a su objetivo.- Dijo Julie.

-¡ No llames perdedor al jefe!- Saltó Ooyama.

-Venga, tenemos que ir a dirección.

Los siete entramos en el instituto y nos dirigimos a dirección. Allí nos reasignaron a distintas clases. Adelheid y Shittopi-chan en la misma clase. Koyo fue a una clase del curso superior. Julie se inscribió como nuevo miembro del Comité de Disciplina. Y nosotros a otra.

El director nos indicó el camino. Mizuno, Ooyama y yo caminamos lentamente hasta una clase. Mire el letrero. 2A. El director abrió la puerta y entramos en la clase detrás de él.

-Clase, estos son tres de los siete alumnos trasladados del Instituto Shimon. Son Mizuno Kaoru, Ooyama Rauji y Enma Kozato.

-Bienvenidos.

Pasé una mirada sombría a toda la clase y ocurrió un chispazo en mi mente. Me topé con los ojos del líder Vongola. No sé porque no podía verle con odio, pero sí con asco. Me adentré en la clase y me di cuenta que había algunas mesas que tenían otras pegadas. Una de ellas era la del jefe Vongola. Caminé por la clase y me senté a su lado.

-Hey Tsuna. Nos volvemos a ver.

-Ya ves. Que coincidencia.

-Sí... Espero que podamos llevarnos bien y ser amigos.

-Seguro que sí.

-¡Sawada!

Del susto, Tsuna se cayó de la silla. Toda la clase se rió de él, excepto dos chicos (debían ser los guardianes), que se pusieron muy serios.

-¡Bueno para nada Tsuna ha vuelto!

Toda la clase siguió riéndose de él. Me sentí tan identificado con el, que mi corazón empezó a ganarle la batalla a la razón.

CONTINUARÁ

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