9.

1.2K 124 15
                                    

Monte de Namimori. Al día siguiente.

Pues aquí estaba. Eran las cuatro menos cuarto y yo ya estaba en el lugar donde me había citado. Estaba nervioso... Bueno no, estaba de los nervios...

Lo más probable es que nada más verme me pegaría una patada en donde más duele. Sólo con pensarlo ya me dolía. Tendría que ser muy rápido a la hora de hablar.

Me subí a un árbol para poder ver todo lo que sucedía a mi alrededor. El tiempo pasaba tan despacio que creí que habían pasado varias horas.

Tsuna llegó puntual y se quedó esperando apoyado en el árbol en el que yo estaba subido. Sacó su móvil y se puso a mirar a todos lados esperando a la llegada de "la autora" de la carta.

Tuvo durante 15 minutos esperando antes de moverse dónde estaba. Era la señal para entrar en escena.

- Parece que te han dado plantón.

Tsuna se giró rápidamente buscando de donde había salido mi voz.

-¡ Sal de donde estés!

Di un salto y milagrosamente caí al suelo de pie.

-Enma...

- Siento haber llegado tarde, aunque llevo esperándote media hora.

-¿Cómo?

Le enseñe la carta donde ponía la hora y el lugar.

-Imposible...

-K.E. Kozato Enma. Yo soy tu admirador.

Vi como su cara se enrabietaba y se dirigía a mí lleno de ira para golpearme.

- Grandísimo mentiroso. ¡Me las pagarás!

Tsuna se abalanzó sobre mí y caemos al suelo. Rodamos por el suelo hasta que acabé encima de él.

- Ya eres mío.

Tsuna me dio una patada en el estómago. Caí al suelo y él aprovechó para huir elevándose con los propulsores de sus guantes... Un momento...

No eran propulsores. Eran sus llamas. Eran como las mías pero en naranja, y la llama de su frente estaba al revés que la mía. La punta estaba hacia arriba.

- Esto va a ser divertido.

Me elevé y empezó a desplazarse muy rápido, pero no lo suficiente para mí. Le paré totalmente en seco.

- No quiero pelear contra ti.

- Fuiste tú quien empezó.

Me dio un puñetazo pero conseguí esquivarlo y le cogí la mano.

- No quiero pelear contigo.

- Eres muy insistente.

- Porque no quiero hacerte daño.

- Ya me lo has hecho.

Le acerqué más a mí. Nuestras cabezas están muy cerca. Me perdí en sus ojos y aprovechó para darme un cabezazo. Aturdido, pude ver cómo Tsuna se preparaba para lanzarme sus llamas pero lo esquivé. Por los pelos pero lo esquivé.

-¡¿ Porque no mueres?!

Me quedé paralizado. Qué porque no morirá. Porque no quería dejarle solo. Le amaba. Me cabreé en sobremanera y le di con mis llamas y di en el blanco. Vi cómo se precipitó al suelo.

-¿ Pero qué he hecho?

Bajé como una exhalación al suelo y aterricé al lado de Tsuna. El fue a golpearme de nuevo pero le paré el golpe. Siguió intentándolo por lo que para inmovilizar le me subí encima de él.

- ¡Golpeame! ¡Acaba conmigo! ¡Cobarde!

No podía creer ninguna de las palabras que me decía Tsuna.

- Tus deseos son órdenes.

Estaba decidido. Todo había acabado. Tanto para Tsuna como para mí...

CONTINUARÁ...

Lost MemoriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora