4.

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Casa de Tsuna

Pues aquí estaba. Con las piernas temblandome de puro nervio. Paralizado me encontraba. No podía ni llamar al timbre. Estaba frente a la casa de Tsuna. Habíamos quedado para que me explicara un poco la clase de matemáticas en la que me dormí.

Llamé al timbre y la puerta se abrió. Para mi sorpresa quien abrió fue Tsuna, y de qué forma. En ropa interior. Me empezó a sangrar la nariz y me abalancé sobre el.

-Hey Enma. Qué puntual eres.

Volví a la realidad. Tsuna iba vestido con una chaqueta naranja y blanca y unos pantalones marrones. Me estaba volviendo un pervertido.

Entré en su casa con timidez y subimos por unas escaleras hasta su habitación. No era como la habitación que tenía en la base pero era acogedora. Tenía una cama, un armario, un escritorio con una silla y una mesa baja.

- Ponte cómodo.

Él se sentó en el suelo, junto a la mesa baja, la cual estaba llena de papeles y libros. Dejé mi mochila a un lado y me senté al otro lado de la mesa. Saqué mi libro de matemáticas y un cuaderno para apuntarlo todo.

- Bueno, ¿que es lo último que hemos dado?

- Hemos avanzado bastante. Estuvimos dos horas de matemáticas porque faltó la de biología. Elegiste el peor día para dormirte.

-Genial...

- Hemos empezado el tema 8. Funciones, límites y continuidad. Página 184.

Genial... El peor tema. Los tres primeros puntos eran sencillo pero el resto... Límites laterales, límites en infinito, límites infinitos, indeterminaciones, límites en e... Desconexión total.

No podía dejar de mirarle. Sus grandes ojos marrones me tenían imnotizado, al igual que sus labios, los cuales intentaban explicarme algo que ni él mismo entendía. Nuestras miradas se cruzaron, era el momento.

Me levanté. Era ahora o nunca. Me dirigí a donde estaba y me senté a su lado.

- ¿Qué sucede Enma?

-Shhhh...- Le puse un dedo en los labios.- No digas nada. Te quiero Tsuna.

-Enma...

Me acerqué a él y besé sus labios. Él no se resistió sino que respondó a mi beso. Me separé de él, le miré a los ojos y...

-Enma, ¿lo has entendido?

Y volví a la realidad. Estaba soñando despierto, pero era tan real.

- No mucho pero creo que he captado lo importante.

-Menos mal...

Había pasado dos horas desde que empezamos con las clases y no quería irme.

- ¿Cómo van los problemas con tu familia?

Me quedé un tonto es concertado hasta que recordé lo que le había dicho.

- Cada vez es peor...

- Por eso te quedaste dormida en clase ¿verdad? Los gritos de tus padres no te permiten dormir por las noches.

-Por eso... Pero no quería decir nada para no preocupar a nadie.

Tsuna se levantó y se acercó a mí. Se sentó a mi lado y me abrazó. Mi corazón se desbocó y sin un motivo aparente rompí a llorar. En sus brazos me sentía seguro, sin preocupaciones, como cuando era pequeño.

-Tranquilo Enma... Todo está bien ahora.

Todo estaba bien ahora. Estamos los dos solos, en la misma habitación... Tenía que hacer algo, pero qué...

-Tsuna, hay una cosa que quería decirte...

-Dime Enma.

Me armé de valor para decir esas cuatro palabras que lo cambiarían todo.

-Estoy...

Le sonó el móvil y lo cogió. Su cara se descompuso de tal manera que me entró miedo.

- ¿Qué sucede Tsuna?

-Yamamoto está grave en el hospital. Me atacaron durante el entrenamiento de béisbol.

Un escalofrío me recorrió la médula. Algo me decía que no había sido el culpable, pero no quería admitirlo.

- ¿Se sabe quién ha sido?

- Sí, Mizuno Kaoru. El nuevo jugador del equipo y tu amigo.

Por su culpa la guerra entre la Vongola y los Shimon había empezado.

CONTINUARÁ...

Lost MemoriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora