Lost Memories

10.

Monte de Namimori.

Alcé el puño dispuesto a golpearle en la cara hasta matarlo. Pero no pude. Golpeé al suelo. Tsuna me miró con incredulidad.

-¿En-Enma?

Al oír como decía mi nombre, las lágrimas empezaron a caer de mis ojos. Lo dijo con pena, con tristeza y, tal vez, con amor.

-Enma...

No pude aguantar más. Mis lágrimas empezaron a caer sobre el rostro de Tsuna.

-Enma, ¿por qué?

- No quiero hacerte daño. No puedo. Me duele y se me parte el corazón. No puedo.

-Enma...

- No puedo hacerle daño a la persona te quiero, de la que estoy enamorado.

Noté las manos de Tsuna acariciándome las mejillas y acabar posandosé en mi nuca. Mis sollozos fueron acallados por los labios de Tsuna. Abrí los ojos de par en par. ¿Estaba soñando? No, esto era real. Estaba besando a Tsuna. Se separó de mis labios y me sonrió muy sonrojado. Seguro que yp estaba igual o aún peor.

-Tsu...

-Shhh... Yo siento lo mismo. Me dolió mucho cuando iniciamos la guerra. No quería dañarte.

Mis ojos volvieron a llenarse de lágrimas. Que idiota había sido. Me senté en el suelo y Tsuna se incorporó hasta sentarse y me abrazó. Era un sueño hecho realidad.

-Te quiero Tsuna.

-Te quiero Enma.

Aprisioné salvajemente los labios de Tsuna y él correspondió mi beso. Devoré con urgencia sus labios mordiendolos varias veces. Profundicé el beso y mi lengua recorrió su boca hasta toparme con su lengua. Le tumbé en el suelo y me puse encima. Mis manos recorrieron su cuerpo provocando que algún que otro ruidito se escapara de sus labios.

Un ruido nos hizo parar y separarnos. Ambos teníamos la respiración acelerada y estábamos totalmente rojos. Volvimos a oír el ruido. Era ruido de pasos. Nuestras familias estaban muy cerca. Teníamos que hacer algo y ya.

- Golpeame.

Era la única forma de poder salir de esta situación.

- Tranquilo Enma. Estaré bien.

Deposité un leve beso en los labios de Tsuna.

-Te quiero Vongola.

-Te quiero Shimon.

Le di un puñetazo en la cara y el pegó un pequeño de alarido. Se me rompió el corazón.

- Lo siento.

El me dedicó una sonrisa diciéndome, que todo iba bien y volví a pegarle varias veces seguidas, hasta que sentí unos brazos agarrándome y apartandome de Tsuna. Fue Ooyama quién lo hizo. Tsuna se levantó con ayuda del Guardián de la Tormenta. Tsuna tenía el labio sangrando al igual que la ceja derecha. Avanzó hacia mí y me pegó un puñetazo en el estómago. Julie le empujó para hacerle caer. Intenté mirarle con odio aunque me costaba hacerlo.

- Nos volveremos a ver las caras Vongola.

Nos fuimos a la base y les conté a medias lo que había pasado con Tsuna. Cuando me dejaron libre, me fui a mi habitación. Me tumbé en la cama y suspiré. Todo parecia un sueño, o más bien, una leve pesadilla. Aunque Tsuna y yo nos amásemos, jamás podríamos estar juntos. Estúpida guerra entre familias. Odio ser el jefe de la mafia.

CONTINUARÁ...