Museo

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El diplomado de Momo terminó. Su novia Sana, viajó desde Japón para ver la muestra de los trabajos de los egresados.

Ahí la conocieron. Una hermosa mujer en todo sentido enamorada de Momo. Chaeyoung y Jeongyeon se sentaron a su lado durante la presentación quizá por ser las invitadas de Momo las sentaron en lugares continuos, a su lado estaba otra chica, que sólo hablaba con Sana en japonés. 

Cuando el solo que presentaría empezó a sonar, los bailarines ente giros, saltos y movimientos estilizados comenzaron a dejarle el escenario para ella solita. Sana y su acompañante la miraban expectante, las otras dos podían admirar el arte que hacía pero sus ojos también llevaban lujuria. 

La bailarina llenaba el escenario, aquel cuerpo repleto de movimientos precisos, fuerza y equilibrio, asombró no solo al cuarteto espectador sino a todo el auditorio. Mechones de cabello desaliñado caían por su rostro, las luces empapaban con contrastes sus gestos, una obra de arte bailando yacía en el suelo con la última nota de la canción. Los aplausos y gritos no se hicieron esperar, las cortinas se cerraron mientras ella contenía la postura final, respirando con dificultad. 

Se abrió el telón y los bailarines en fila hacían reverencias y eran ovacionados, aplausos llenaban cada rincón del teatro, Sana se levantó de su asiento y silbaba emocionada, las otras la imitaron. Cuando se cerró por tercera vez y las luces se prendieron estaban muy emocionadas.

Salieron en fila hacia el lobby, ahí esperarían a la estrella de esa noche, miraban a Sana a una corta distancia, cuando su amiga se despidió y pasó cerca de ellas  les robó el aliento a a ambas, era bellísima, su caminar elegante atraía su mirada como, el metal al imán, aquella dama ni siquiera reparo en su presencia. 

Luego de reponerse, las coreanas no sabían si presentarse con Sana o esperarla a la distancia, eso de ser las amantes era nuevo para ambas. Así que decidieron esperarla un poco delante de Sana, para felicitarla primero y dejarla con su novia, al poco Momo salió con ropa normal pero aun con el maquillaje de escena. Ni siquiera las vio, corrió hacia Sana soltando su maleta para poder arrojarse en un abrazo correspondido, se abrazaron con tanto amor, que era imposible quitar  la mirada de ellas.

Sonrieron entre sí y caminaban a la puerta para dejarlas solas, cuando Momo llegó por detrás colgándose a la espalda de la alta.

—Hey ¿Se iban sin felicitarme? Dijeron que me invitarían a cenar.

—No muñeca, pero creímos que querías que te dejáramos sola con tu novia.

—Sana-Chan, ven quiero presentarte a unas amigas. Jeongyeon y Bebé Chae.

—Oh, ya veo. —Le presionó el hoyuelo a Chaeyoung sorprediendola y haciendola sonrojar.— Momoring ¿Por qué no sale el sonidito de rugido?

—Momo, te dije que no soy un muñeco de peluche que hace ruidos. —Respondió enfurruñada

—Sí, sí, sí y yo no soy un mapache que roba comida.

—Sí eres un mapache que roba comida, Amor.

—Y tú, una ardillita sexy y tierna que me ama.

Después de varias muestras de amor, terminaron yendo a comer las 4, Momo ya no era atenta ni amorosa con las coreanas, las coreanas sólo demostraban una sincera amistad. Algo con lo que estaban de acuerdo y ya habían asimilado, pero después de verla en el escenario era difícil no pensar en ese magnifico cuerpo desnudo cabalgando su entrepierna o su boca.

Un codazo la despertó de sus fantasías sexuales.

—¿Que si quieres ir a un karaoke?

Oh... No, no, lo siento chicas, creo que esta noche la quiero pasar en casa. Las veo luego. Felicidades Momo, Sana un gusto conocerte. Y ahm, me gustaría tomarte unas fotos, si tienen ensayo... no sé, preguntale a la directora si podría tomarles fotos... se las regalaría. O aunque sólo me deje tomarte fotos a ti, te veías preciosa, el escenario es para ti lo que el agua a los peces.

Momo estaba cautivada con sus torpes palabras o quizá era que Jeong nunca demostraba sus sentimientos, entonces, soltó a Sana y la tomó por la cara para acercarla y darle un beso profundo.

Gracias, Jeongyeonni. Se lo pediré a la directora. Nos vemos luego.

Regresó con Sana y se tomaron de la mano como si aquello fuera tan normal como soltarse para ir al bote a tirar basura y nada, Chaeyoung se despidió también y cada quien se fue con rumbo distinto.

Se verían días después para la toma de fotografías.  Momo le marcó a Jeong para avisarle que harían un ensayo antes de presentarlo en otros escenarios en una gira por el país, así que le dieron permiso de estar y fotografiar cuanto quisiera. 

Chaeyoung fue como su asistente, le ayudaba lo más que podía, pero la alta se arreglaba bien sola y eso fue un alivio ya que era muy reservada con sus cosas y no quería romper nada. En un momento, pudo ver un acto doble de arte, Jeong tomando captura de momentos bellísimos y Momo bailando, dándole esos momentos para dejarlos grabados para siempre.

Se sentía tan, pero tan atraía por esas dos, ahora podía sentirse enamorada, aunque tenía un enamoramiento no correspondido

—Un suspiro es un beso no dado.

—Oh, hola, Sana no te vi llegar. 

—Llevo un rato sentada en las butacas de atrás, pero me acerqué para ver la interacción entre ellas más de cerca y me encontré con un gatito suspirando Le apretó el hoyuelo de su mejilla. Empezaba a acostumbrarse a ello. Sobre todo porque Sana hacía una cara intrigada esperando realmente el sonido.

—Grrr no soy un peluche.

—Oh, por fin sonó. Baby Chae; eres un gatito gruñón

Al final de la sesión de fotos, Sana se llevaba bastante bien con Chae y Jeong, se sentía un poco fuera de lugar

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Al final de la sesión de fotos, Sana se llevaba bastante bien con Chae y Jeong, se sentía un poco fuera de lugar. hasta que una traviesa mano se escurrió entre su pierna y una ardilla, le susurró:

—Tengo toda la intención de tener una buena noche de sexo contigo, no sé que le enseñaste a mi Momoring, pero no pienso perder ante ti. Acéptame como tu discípula, sensei. 

Terminó con una reverencia haciéndola tragar saliva con mucha dificultad, ya que de un segundo a otro, se le secó y terminó tosiendo en respuesta a la excitante caricia que le hizo Sana.

Mientras Chaeyoung le daba golpes en la espalda, Sana sonreía traviesa, guiñándole un ojo o mordiéndose el labio. 

Al salir del teatro, comieron en el restaurante del hotel, algo previamente planeado por las japonesas, la intensión de la menor de ellas era obvia y no hacía(n) nada para ocultarlo.



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Prrrfff Gracias. (^._.^)ノ

Una historia triste que busca un final felizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora