No habrá demanda... creo

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—Acompáñame, tengo ropa de repuesto. Algo te quedará.

—Sí, gracias.

—Señorita Mina, pasamos los casilleros a la oficina de Jeongyeon,

—Oh, es cierto, Jeong, acompáñame a tu oficina. Day, pide cafés de donde siempre encargas y unas donas y comida. Por cierto, Si alguien tiene aromatizantes, tráiganlos que aquí apesta a alcohol.

—Sí señorita Mina. Respondieron todas. 

Dahyun sacó su celular, Jeong se acercó junto a Mina del otro lado de Nayeon. Las oficinas de las demás estaban en un piso inferior, por lo que el recorrido fue bastante incómodo. Mina no es de las que les gusten hablar, pero sabía cuan fácil le era hacer amistades a su novia y su compañera de trabajo, ya habría hecho al menos 5 bromas que nadie entiende pero que por alguna razón a ella le da gracia.

Cuando tecleó el código, su novia lanzo un suspiro sorprendida.

—Es el mismo. Exclamó, a lo que recibió un cabeceo, lo que la hizo cuestionarse sobre si se conocían.

—El mismo ¿Qué?

—Mina ¿Podemos hablar más tarde de esto? ahora no es momento de hacerlo.

—Cierto. pasa, mi casillero lleva mi apellido. Por favor enséñale donde está Jeon...gyoe...nssi. Oh, no. Ustedes son... —Se pasó la mano por encaballo y las señaló a ambas.

—Éramos. Nayeon se apresuró a decir.

—Mierda, ahora no tengo tiempo para esto —Se presionó el puente de la nariz.—Justo tú Miró de soslayo a Jeongyeon.

—Mina es cierto, ahora no tenemos tiempo, pero llevaba años desde que no tenemos comunicación, la busqué en sus redes sociales pero vi que estaba con alguien y la dejé en paz. Planeo seguir haciéndolo, a ambas. No sabía que ustedes estaban juntas, lo juro.

Sin más Mina le soltó un buen golpe en la mejilla. que la mandó hasta el suelo dentro de su oficina. Jeong se quedó unos segundos ahí hasta que de apoco recobró el sentido, Nayeon se paralizó por ver esa faceta de Mina. Jeong se levantó con mucha furia y con los puños apretados, ni siquiera se sobó la mejilla.  

—Dame una buena razón para que no te muela a golpes

—Tú y Chaeyoung fueron a mí, se la pasaron seduciéndome desde que entré y ahora me vienes a decir que no sabías que era mi novia. —Mina habló con tanta elegancia y elocuencia que nadie creería que  recién habría mandado al suelo a su subordinada —Dime Jeong ¿Aparento estupidez? crees que no sabía de su arreglo de hacerme su central y compartirme entre ustedes y no sé cuanta tontería alardeaban ustedes dos.

—Puedes tomar la maldita ropa del casillero para cerrar mi oficina. —Le señaló los casilleros a Nayeon, apresurándola

—¿Fue ella? Preguntó Nayeon

—Fue ella Afirmó respirando pesadamente—Es curioso como nuestros problemas son por la misma persona.

—Mina, tenemos un puto incendio, podemos salir y regresar a controlarlo o apagarlo, tu celular debe tener cientos de llamadas perdidas.

—Vete

—Sabes que el reglamento no me deja. Tampoco voy a dejar a mi ex novia abogada y su novia mi jefa en mi oficina. Yo le agarré una playera, lo acepto, acepto que entré a su departamento buscando sorprenderla, pero cuando supe que no volvería me llevé algo de ella. Pero si pasa algo dentro de esta oficina no tengo como reponerlo, sé lo que es estar despechada, imaginé mil veces haciéndote lo peor aun cuando no relacionaba tu cara con tu nickname. Puedo hacer ahora mismo mi renuncia, pero no voy a dejar mis herramientas ni mi trabajo en tus manos. 

Una historia triste que busca un final felizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora