Una historia triste que busca un final feliz

¿Qué es ser central?

—¡No habrá demanda! ... creo. 

Mina se disculpó con su jefa y le dijo que debía encargarse de algo, que la llamaría pronto.

—¿Hay algo?

—Quienes debían informar eran ellos, no ustedes. Se le otorgaron de 15 a 20 piezas para exhibir en una sala con su nombre por la cantidad de dinero donado, pero no hay como tal una responsiva de cumplir una fecha ni un tiempo, incluso como ellos subieron la publicidad sin haber sido aprobada por el museo, no es necesario cumplir, ni con las 20 piezas ni con la fecha que no ha sido informada. En las órdenes de pedidos entre la empresa y el museo no hay nada que indique formalmente de que se abriría la exhibición en linea, sólo se mencionó que se venía la fecha feriada, pero nada formal.

—Entonces no es necesario que estemos trabajando a marchas forzadas.

—Podrías demandarlos, pero quizá con que hables con el área de relaciones y que los patrocinadores paguen los costos que conlleva la premura de cumplir con su fecha límite, sin haber sido aprobado por el museo bastaría

—Gracias, amor. No quería tener mi primer gran error a sólo 4 meses de mi ingreso. 

—Jamás lo harías, nena. Eres perfecta. No tendrías un descuido como ese, te conozco y sé lo perfeccionista que te gusta ser. 

 Nayeon estaba embelesada con La Faceta: Mina En El Trabajo. Que a ratos se olvidaba de que su exnovia, el amor de su vida estaba a unos paso de distancia. La miraba mientras mandaba una nota de voz, diciendo que siguieran con lo suyo, pero en que cuanto llegaran los cafés fueran a la cafetería, tenía noticias que dar. Mina terminó su nota de voz y al sentir la intensa mirada de su novia, se cohibió.

—¿Quieres irte a casa? puedes llevarte mi carro, no quiero desvelarte más tiempo y yo... ahm, voy a quedarme unos días más. 

—Mina, necesito hablar contigo.—se acercó a su novia acariciando su brazo— creo que debemos hablar  sobre esta situación. Ahora ya no tienes tanta presión. Y por favor quita esa cara que no voy terminar contigo... ¿Cuántas veces debo decírtelo? ¿Qué más debo hacer para que confíes en mi y nuestra relación?

—No quiero hacerlo ahora, Amor. Yo... sólo no ahora. 

—Lamento mucho no respetar tu opinión, pero necesito decirlo. Ya superé a mi ex, de acuerdo. Veo lo linda que se ha puesto, que mantiene los mismos valores y se ha convertido en toda una mujer. Y sí, lo acepto, mis piernas temblaron cuando la vi de nuevo, porque no hace falta decir lo hermosa que es. Pero —se acercó pegando su pecho al de su novia, abrazándola con una mano y mirándola seductoramente hasta poner sus labios en su oido— No tienes idea de lo mojada que me tienes en tu faceta de jefa. 

Mina hipó fuertemente ante sus palabras y la mano escurridiza dentro de su pantalón la hicieron temblar

—Ah-amor estoy en mi oficina y puede haber cámaras afuera. 

—Entonces, no sería bueno que hagas ruido.

Le robó un beso que pronto la encendió y no tardó en meter su lengua, Mina luchaba fuertemente en ese arrebato sexual que tuvo su novia, por el hecho de que también podría haber cámaras dentro de su oficina, puso sus manos en los hombros para empujarla, pero cuando un dedo se deslizó dentro de su ropa interior terminó aferrándose a ella. 

Que llevara como mes y medio absorta en su trabajo lejos de su novia no ayudó, pues Nayeon la tenía en la palma de su mano... literalmente.

Sin abrir el abrazo, la penetró con un dedo y besó su boca tan lento y con tanta pasión que le costaba respirar, su mente estaba perdida en una nube de placer que le daban los largos dedos de su novia. terminó sin correrse, montó su orgasmo y gimió en la boca de su amada, aferrada a sus hombros, sus piernas eran de gelatina, temblaban y no tenían ni tantita fuerza.