Capítulo 9: Intrigas y Ofensas

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La brisa se colaba fría, el pánico aun habitaba en el aire y se filtraba a traves de los corazones de cada noble que pudo observar con temor como es que, un hombre tan temido, de pronto caía en brazos de quién se supone ahora era su esposo.

La sangre que manchaba las pristinas ropas y el suelo, junto al olor tan característico, se extendía como una fragancia que auguraba la muerte; y mientras todos susurraban y preguntaban qué era lo que había pasado, Yuma ya hacía lo suyo.

Gritando por ayuda mientras cientos de sentimientos se arremolinaron sobre su pecho, y las lágrimas bajaban por sus mejillas.

¿Alguien se hubiese imaginado una escena tan aterradora?

Que el Duque Encinereb cayera de pronto sobre el suelo, con aparente envenenamiento luego de beber un sorbo de su copa, ¿no era una señal peligrosa? Que alguien haya atentado en su contra...

Esa persona estaba rogando por la muerte, pues apenas el pobre Doncel dio el primer grito, los Grandes Duques Encinereb se apresuraron a su lado solo para encontrarse con este espantoso atentado.

Oh, ¿acaso alguien vio el brillo preocupado en los ojos de los padres amorosos, las lágrimas de su madre o incluso el impulso asesino del padre?

Para nadie fue extraño que ambos rápidamente se hicieran cargo de su hijo y su nueva nuera, el Doncel Yuma Tsukumo; quien aun lloraba mientras trataba de detener lo que fuese que estuviese sucediendo.

Um, ¿no era esto triste de presenciar? Los ánimos que en un principio estuvieron ahí gracias a un importante evento, desaparecieron. Ya nadie queria festejar algo mientras un hombre, malvado o no, moría a un lado de ellos.

¿Quién estaría de humor para bailar si había sangre en el suelo? No... Seguramente si bailaban sobre ella, una maldición se desataria sobre el desgraciado que osara pisarla. Mejor evitarlo...

Además, esa sangre, no era cualquier sangre. ¡Esa era la más noble sangre del Imperio! Por lo que atreverse a festejar cuando ya ha sido derramada... Solo se debía mirar al Emperador antes de tomar una decisión.

La mirada que hace minutos había sido calida, ahora se bañaba bajo un brillo oscuro y helado. Sus gestos que invitaban a acercarse, cambiaron de forma sorprendente, y el aura...

Los nobles sabían cuál era exactamente su posición, por lo que decidieron esperar a las ordenes del Emperador y la Emperatriz antes de siquiera atreverse a mover un solo dedo.

Era mejor así, al menos, de esta forma no de derramaria mas sangre de la que ya había sido derramada.

Fue el misero pensamiento colectivo, pero, ¿quién hubiera pensado que eso no aplicaría en esta ocasión, especialmente cuando uno de los cuatro Duques del Imperio había sucumbido ante un veneno?

Ah, y no solo que haya caído por ello. ¡Sucedió en el salón de banquetes de la familia Imperial! ¡El lugar mas seguro del mundo!

La reputación de la familia Imperial estaba en juego, y si no atrapaban al culpable, definitivamente serían señalados y su influencia bajaría exponencialmente... Sería un golpe terrible.

Y por ello fue el mismo Emperador quién saltó primero al fuego para tratar de extinguirlo aun así sea a la fuerza.

-¡Cierren las puertas, no dejen que nadie salga! ¡Revisen a todos los presentes, el culpable no debió llegar lejos! -

¡Villano Por Favor, No Mueras! [Keyshipping] [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora