Capítulo 25: Pena y Castigo

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Tokunosuke. Que había viajado más de cientos de kilómetros siguiendo las ordenes de sus Amos; que había pasado más de cientos de obstáculos para regresar victorioso al lado de su Señora; quien siempre tenía su mirar fijo y determinado, como si un niño en medio de una travesura se tratara y quien parecía siempre tener el control de sus emociones como todo buen sirviente debía demandar.

Justo ahora, aparentaba ser todo lo contrario.

Yaciendo hincado a un lado de la cama de su Señora, mientras lloraba a en silencio. Sus manos aferrándose en las sábanas a la vez que negaba con suavidad, inmerso en su propia mente y pensamientos; susurrando palabras irreconocibles. Logrando dejar a los presentes un mal sabor de boca antes de que Astral intercediera luego de largos minutos.

Con un mirar serio pero comprensivo, acercándose al menor. Tomándole de sus hombros para luego alejarlo, esto rápidamente pasando a ser negado por el sirviente. El cual grito. Visiblemente afectado.

—¡No! ¡No me alejare de mi Joven Señora! ¡No pueden alejarme de mi Joven Señora! —

—Tokunosuke... –

Susurro Yuma. Un poco incómodo, pero bastante preocupado por la situación. Llevando una de sus manos a la cabeza ajena, acariciándola antes de alzar su voz, de manera conciliadora.

—...Estoy bien. Ahora está bien. Por favor no hagas esto más difícil, podrías tener problemas después...

—¡No me importa!

—No seas necio... Tokunosuke, ve con Astral, él...

—¡Dije que no! ¡No me separare!

—Tokunosuke... —Llamo un poco más serio Yuma.

Observando después a su amado, quien miraba la escena en silencio. Pareciendo decidir qué hacer ante ello mientras los invitados se levantaban de su lugar, queriendo ayudar de alguna manera. Aren y Elifas siendo los únicos que se mantenían en su lugar, sentados dignamente en espera que todo fuese resuelto de la mejor manera, confiando ciegamente en las habilidades de su hijo. Manteniéndose expectantes.

Notando como es que Yuma, trataba de consolar al sirviente que le llamaba con vehemencia. Visiblemente preocupado y ansioso, tratando de ver el rostro aun oculto por las sábanas, fallando de todas formas.

—Tokunosuke... Detente. Esto no nos llevara a ningún lado...

—¡Pero mi Joven Señora fue dañada! ¡¿Cómo no podría preocuparme?!

—Eso... –

Intento contradecir Yuma, deteniendo sus palabras ante la mirada de su amado, quien le negó con suavidad antes de acercarse al sirviente para tomarle firmemente de sus hombros, solo para dejar sus manos ahí. Suspirando sonoramente antes de alzar su voz, de manera seria y tranquila.

En un tono profundo y ligeramente demandante, entrando en su papel.

Espera, Esposo... Deja que Tokunosuke-kun pueda dejar salir su preocupación por ti...

—¿Eh? Pero...

—...Creo que hasta ahora entiendo el actuar de Tokunosuke. –

Continuo Astral. Relajando su rostro para luego observar detenidamente al joven entre sus manos, haciendo brillar ligeramente su mirar en un tono misterioso, consciente de a quién es que tenía que calmar. Tomando el rumbo de aquella conversación.

Debió haber sido un viaje largo para cumplir los deseos de su Ama, solo para que regresando a casa. Se diga que ha sufrido un atentado en contra de su vida... No debe haber sido fácil...

¡Villano Por Favor, No Mueras! [Keyshipping] [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora