Capítulo 27: Caza de Estaciones

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Un nuevo día comenzaba. Y con ello, la rutina de Astral y Yuma, cada uno de ellos levantándose temprano en la mañana, para luego dejar que los sirvientes a su cargo les ayudaran a vestir.

Astral apenas poniendo de su parte de manera elegante antes de salir en dirección al comedor, mientras Yuma, miraba de manera suave a Tokunosuke y Ema, los cuales le acompañaban. Agradeciendo infinitamente al cielo y a la bondad de su amado para inventar una poción que ayudara a la fémina que ahora le sonreía amable, atenta. Sus manos pasando cuidadosamente por su cabello mientras le peinaba. Pequeñas cicatrices notándose en su piel ligeramente pálida a la vez que un par de ojeras la adornaban. Esto apenas siendo impedimento para realizar diligentemente su trabajo. Dejando que Tokunosuke se encargara de las joyas y demás adornos. Alzando su voz, encantada.

—Mi Señora. Realmente me alegra que se encuentre mucho mejor que antes... Se ve deslumbrante. —Halago Ema sinceramente. Agradando a Tokunosuke, apenando ligeramente a Yuma. Quien asintió, de manera suave. Aun mirándose en el espejo. Observando de soslayo la labor de Ema.

—Ema... La única que debe verse mejor, eres tú querida. ¿No quieres descansar un poco más? Tokunosuke-kun está a mi lado, así que no habrá problema...

—Pero... —Quiso replicar la fémina. Negando después, decidida. —Quiero ayudarle mi Señora. Su excelencia el Duque Astral fue amable al ayudarme a alejarme del borde de la muerte. ¿Cómo podría pagarles tanta bondad si me quedo acostada?

—Podrías pagarnos si te recuperas en su totalidad... —Regaño gentilmente Yuma. Notando como es que Ema terminaba de peinarle, y Tokunosuke de arreglar los últimos detalles de su vestimenta. Una sonrisa colándose en su rostro antes de levantarse para encarar a Ema. Tranquilo. —No es necesario que te fuerces...

—...No me fuerzo...—Susurro Ema. Bajando su mirada, dando la apariencia se una niña regañada. Escuchando a su Joven Señora.

—No mientas Ema... Puedo notar como es que te tiemblan las piernas... —Menciono Yuma, mirando hacia abajo con elegancia mientras resaltaba su punto. Avergonzando a Ema. Quien solo desvío su mirada con rapidez. Excusándose ante lo evidente.

—E-Es a causa de estar de pie durante tanto tiempo...

—¿Tanto tiempo? Ema, solo hemos tardado veinte minutos... —Dio a conocer Yuma. Logrando que Ema diera un ligero parpadeo ante ello. Regresando su mirada a él. Contemplándole con fervor.

—¿D-De verdad? —Yuma solo sonrió, preocupado, negando inmediatamente antes de tomar a Ema de sus manos. Dirigiéndola a su cama para que tomara asiento. Dejando que reposara por unos segundos antes de hablar. Escuchándola atentamente.

—M-Mi Joven Señora. ¡No puedo! Es su cama... No merezco...—Se alarmo la mayor. Queriendo levantarse para luego ser interrumpida. Pasando a ser detenida por Yuma, el cual le sonrió más ampliamente. Suspirando sonoramente.

—Ema. Ema. No pasa nada, está bien...

—¡P-Pero...!

—Ema detente. Solo te estas forzando, y eso me preocupa. —Regaño una vez más Yuma. Su mirar pasando a ser serio mientras aun trataba de tranquilizar a la fémina. Negando una vez más para luego contemplar a Ema. Notando como es que Tokunosuke se posaba a un lado de él. Manteniéndose en silencio.

—L-Lo siento...

—Ema, apenas has salido de peligro y ya has querido retomar tus labores. Eso no está bien, debes descansar más...

—Pero...

—¡Ah! ¡Ah! Sin peros. —Negó Yuma, alejándose un momento de Ema. Regresando a su postura digna y elegante. Levantando una de sus manos para enfatizar su respuesta. Suavizando después su voz. Manteniéndose tranquilo. —...Esta bien si tomas una semana más o dos. Tokunosuke está aquí ahora...

¡Villano Por Favor, No Mueras! [Keyshipping] [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora