Capítulo 26: Deberes y Primavera

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La novela "Flores de Estaciones", para Astral. Sencillamente fue un mero entretenimiento, algo que bien podía leer hasta entrada la madrugada para luego, simplemente dormir al menos un par de horas antes de iniciar con su rutina diaria a la mañana siguiente.

Eso era lo que significó para él, y lo que supo, significó también para Yuma.

No hubo más charlas sobre ello, y tampoco es que le hayan dado una importancia sobre sus vidas.

Había sido algo sinceramente insignificante e irrelevante. Así fue, y así debió quedarse.

Hasta ahora.

En donde ambos amantes se miraban de soslayo mientras parecían comunicarse con aquella simple acción, sin necesidad de palabras o más gestos, mientras sus dedos se encontraban sin miedos, a la vez que se hallaban en la sala de estar dentro de la Mansión. Sus ropas luciéndose en silencio ante la mirada expectante de los presentes, quienes trataban de mantener su propia charla para ellos antes de querer de verdad involucrarlos, respetando el espacio que de seguro necesitaba el reciente matrimonio, susurrando bajo para no molestarles. Recordando el suceso habido en aquella mañana hace tan solo unas horas.

La cabeza rodante de Elena separada de su cuerpo, aun imprimiéndose en sus mentes. Remarcándose en sus iris, solo para que negaran después suavemente o con un suspiro.

Los sentimientos aun quedándose a flor de piel a la vez que esperaban pacientes a que algo más sucediese. Tratando de pasar desapercibido en lo que Yuma y Astral parecían reaccionar o volver en sí, sus mentes aun concentrándose en lo vivido y en lo que vivirían. Astral siendo el que más divago antes de dar un ligero apretón a la mano de su amado, llamando su atención, acercándose un poco más a él en busca de confort. Sus sutiles movimientos pasando a ser tan suaves, que no tomo importancia para los demás. Los cuales aún estaban en su propio mundo, enfundando ideas que no tenían ni pies ni cabeza. Indagando en lo que solo ellos comprendían. Haciendo sonreír ligeramente a Astral, haciéndole sentir cansado.

"Para mí, no eran más que personajes de una novela. Sin embargo, en este momento... Todo parece cambiar de perspectiva... ¿Que deberíamos hacer ahora que ambos sabemos, ellos son tan reales como lo fuimos nosotros en nuestro Mundo?... ¿Deberíamos dejar de lado algunas cosas y ser buenos en su totalidad? ¿O simplemente seguir como lo hemos estado haciendo desde hace tiempo?"

Astral pensó, paseando su vista en la sala, apenas deteniéndose en los invitados, llamando a un suspiro. Negando con suavidad.

"¿Cuál sería el mejor rumbo de acción desde ahora?"

Su cuestión pareció quedarse en el aire antes de notar la llegada de Tokunosuke, quien se inclinó ante sus Amos, posándose a su lado. Viéndose mucho más tranquilo que desde un principio, una sutil sonrisa notándose en su rostro antes de acercarse al oído de Astral. El cual, le escuchó atentamente. Posando su vista en él, saludándole.

—Tokunosuke... ¿Ya han de marchar?

—Es así mi Joven Señor. Los carruajes están listos y con los desertores a bordo. ¿Hay alguna orden más?... —

Astral pareció pensarlo por unos segundos antes de negar. Pasando su mirada al frente, analizando su entorno. Alzando suavemente su voz, aun susurrante.

—No, no hay más de lo que ya se ha dicho. Aunque, ¿Has recogido ya las insignias de la familia Encinereb? —

Cuestiono. Su mente trayendo el recuerdo de cómo es que los sirvientes más adeptos a Elena tiraban aquel símbolo que ahora le representaba. Un ligero malestar colándose en su psique como consecuencia. Llevándole a fruncir su ceño. Molesto.

¡Villano Por Favor, No Mueras! [Keyshipping] [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora