Mientras la vida pasa frente a nuestros ojos simplemente estamos parados esperando a que pasé y ni si quiera nos miré, ¿Que hacemos nosotros para evitarlo?.
¿Las almas gemelas existen?.
Hinata y Sasuke desde hace años se han topado, tienen una media...
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Nosotros nos conocíamos desde hace años. Siempre fuimos; Naruto, Sasuke y yo.
Éramos muy jóvenes, tanto que diría que incluso éramos compañeros de vientre.
Antes de todo, fue gracias a nuestras madres que fue que nos conocimos, aunque empezamos a hablarnos formalmente cuando teníamos cuatro.
Recuerdo que Sasuke era muy popular en la academia, Siempre resaltaba y volvía locas a las niñas de el salón.
Al principio me empecé a interesar en el aspecto de Sasuke, realmente era muy atractivo, se parecía mucho a su madre.
Fué más o menos en secundaria que todo empezó por una carta de una chica para confesar sus sentimientos.
[...]
— ¡Por favor!, Dásela por mí, no tengo el valor suficiente para dárselo yo misma.- Estiró la carta mientras hacía una reverencia y sollozaba.—Algo en mí se oprimía mientras sentía que todo iba a cambiar por culpa de esto.—Una cosas era el hecho de que Sasuke las rechazará directamente, por qué nunca fueron seriamente con él, no se por qué esa vez me dió por leer la carta.
Esa chica tenía unos sentimientos completamente puros, y hizo que me abundará un pánico y opresión en el pecho con el solo pensar que perdería a Sasuke, no solo eso, si no que la aceptará y... El realmente la tratara como la chica más especial de su vida.
Esa noche lloré de solo pensar que Sasuke me dejaría a un lado Y se enamoraría de alguien más.
Al principio decidí resguardar mis sentimientos Pensando que yo solo quería ser la amiga más importante para Sasuke.—Así que de dí la carta. El la leyó con total indiferencia, aún así cuando terminó de leerla fué directamente al salón de esta chica.
Sentí como si una cubeta llena de hielo me cayera encima y mi corazón se hiciera tan pequeño que pensé que moriría.
Lo escuché a escondidas, a pesar de que sabía que estaba mal.— Un gran alivio sentiò mi corazón al escuchar que la había rechazado.
Aún así todavía no había decidido si era amor realmente o quizá no lo era.
Me preguntaba si solo eran vagos sentimientos, Después de todo yo solo tenía doce años.
Fue una situación tan vergonzosa Y infantil la que me demostró que no eran simples sentimientos pasajeros y sin rumbo alguno de una niña que estaba en la pubertad.
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