Momentos Antes De la Tragedia

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Sinopsis: Izuku decide no ser el secreto de nadie.

Leve mención del Kachaco.

...

El equipo de Yuuei había ganado las finales, el trofeo nos pertenecía, y sin embargo no soy capaz de centrar mi atención a ello, solo soy capaz de ver como Katsuki besa los labios de Uraraka – la líder de las animadoras –, con muchas ganas, y a mi me duele el pecho.

— Izuku — bajo la mirada ante la voz de mi mejor amigo, Shoto – con sus pintas de chico malo salido de revista –, me mire furioso, pero se que no es conmigo —, a ese maldito hoy lo acabo.

Lo tomé del brazo con fuerza, no es el momento para hacer una escena, menos por mí, no después de que yo me metí en este asunto solo.

«– Me gustas, pero no te conozco mas allá de saber que eres guapo, y quiero saber mas de ti ¿Que dices, saldrías conmigo?

– ¿Cómo te llamas?

– Izuku»

Suspiré, levante la cabeza y volví a ver a Katsuki, mi novio – ahora ex –, y el me veía de regreso incrédulo, pero es lógico, le dije que no vendría porque no me interesan los deportes, pero decidí venir a última hora por él, porque era un partido importante para él y no quería defraudarlo, y él único defraudado ahora soy yo.

Seguro mi cara debe ser muy lamentable justo ahora, el intento acercarse a mi, pero Ochaco lo sostenía muy bien para evitar que se separara de su lado. Voltee dispuesto a irme, dejando a Todoroki y a Momo solos.

Afuera llovía, y no había traído un paraguas, si el partido hubiera sido en campo abierto me hubiera dado cuenta, pero era Basquet, evidentemente sería a techo cerrado.

Camine por el estacionamiento de la Universidad, sintiendo como mi ropa se empapaba y se apegaba a mi cuerpo, llore con tranquilidad aprovechando que la lluvia cubriría todo rastro de lágrimas.

— ¡Izuku, espera! — volteo, identificando el tono de voz chillón de su amiga Ochaco, venía de la mano con el rubio de ojos rojos — ¿Te vas? Oye, tienes los ojos rojos, ¿sucedió algo? — preguntó preocupada.

Si tal vez él le hubiera dicho a su amiga quien era la persona que le gustaba nada de esto estuviera pasando. Pero se equivoca, Katsuki lo hubiera hecho de todas maneras, si no hubiera sido Uraraka, habría sido Camie, o quien fuera.

Ya no importaba.

— Ah... Lo siento, Ocha, pasó algo y necesito estar solo — se disculpo, algo distante y seco, su corazón se apretaba viendo las manos entrelazadas de ambos. Otra lágrima se deslizó por su mejilla.

Ahí va la última oportunidad que me doy en el amor.

— Izuku, verás, quería presentarte a Katsuki — mencionó nerviosa —, es mi novio, y se que no es buen momento, yo-

— No, no es un buen momento, acabo de terminar con mi novio — interrumpió cansado.

Ambos se mostraron sorprendidos — ¿tenías novio?

Se alzó de hombros — Ya no —, miró a Katsuki.

Uraraka se mostró dolida por un momento, a lo que Katsuki preguntó que sucedía.

— Es que desde la última vez que Izuku se entregó a alguien, dejó de hacerlo, salió muy lástimado y hace un tiempo dijo que iba a intentar una última vez en el amor, que alguien le gustaba, pero ahora... — suspiro —, ahora ya no...

— No importa, el amor no es para mí — finalizó —, si me disculpan debo irme, felicidades, a ambos

Y sin mas, se fue, dejando atrás a la nueva pareja, mientras lloraba en el camino a su departamento.

...

Era un nuevo día para los Universitarios de Yuuei, iban caminando tranquilos, excepto el jugador estrella de la UA, que se encontraba ansioso por ver a Izuku después de lo que había pasado en el torneo de Basquet.

Quería arreglar las cosas, volver a lo de antes, necesitaba que se quedara a su lado ese tierno pecoso. Sin embargo, cuando Izuku llegó ya no quedaba nada de aquel dulce pecoso.

En una motocicleta, vestido de negro, y con unos pendientes en sus orejas, labio y nariz, llego el pecoso.

Sorpresa fue poco para la imagen que lo recibió un lunes en plena mañana, y experimento los celos cuando vio a Todoroki Shoto rodear los hombros del peliverde mientras se dirigían al interior del recinto Universitario, como una pareja perfecta de motociclistas.

Ambos pasaron a su lado, ignorando su presencia y haciendole la ley del hielo.

Se sintió pequeño en ese momento, porque Izuku nunca lo ignoraba, siempre lo buscaba y era él quien le decía que no lo buscará en sitios públicos, y ahora estaba siendo ignorado fríamente.

Una lágrima repleta de dolor se deslizó sin permiso por su mejilla y lo entendió.

Había perdido a la única persona que había querido conocerlo y que lo había amado tal como era.

Había perdido algo, por primera vez en su vida.

Piropos y Coqueteo | BakudekubakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora