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—¿Qué? ¿A tu padre? ¿Por qué?

—¿Por qué tan curioso de repente? Empiezas a actuar como un verdadero niño.

—¡Tonto! ¡Claro que no!

—Pero eso es bueno. -dice mientras posa su mano en la cabeza del cenizo. —Que actúes como el mocoso que eres es realmente bueno.

De nuevo esa expresión triste en su rostro que deja a Katsuki titubeando.

—Tú... dijiste que eras pacifista. —habla tan bajo que termina siendo un susurro, el mayor lo escucha al seguir cerca de él.

—Sí, lo soy. -reafirma. —Pero no con alguien como lo fue esa persona.

—... ¿Por qué querrías matar a tu padre? No lo entiendo.

—Y no tienes por qué hacerlo. -trata de levantarse; sin embargo, Katsuki lo vuelve a jalar de la yukata levemente. —¿Qué pasa ahora? -le pregunta.

—Yo... -miró al suelo buscando las palabras exactas para detenerlo. —Yo no conocí realmente a mis padres. -si se abre hacia él, ¿Podría saber su pasado? —Mi sensei fue la única persona que se hizo cargo de mí.

—¿Por qué me cuentas esto?

—Mi padre tenía un dojo que fue heredado por su padre, no era muy famoso, pero sí lo suficiente conocido como para que el shogun mandara a destruirlo... -continúa su historia sin mirar al mayor. —Con ello, también mató a mis padres. -le confiesa. —Mi sensei me acogió en su casa después de eso, ya que él conoció a mi padre. Tal vez sintió lástima por mí, no lo sé, nunca me lo dijo. Lo único que sé es que cuidó de alguien como yo, me dio un hogar, una espada y un camino el cual seguir. Así que siempre he tenido fijo mi bushido, no pensé que jamás cambiaría... Pero ahora parece que me convertí en una bandera blanca, algo que nunca pensé que sería.

Izuku estaba muy confundido, tanta información de golpe, y sobre todo de Katsuki, ¿Por qué? ¿Por qué le contaba eso a él?
¿Por qué aún no se iba? Debería tenerle miedo y huir, alejarse rápido de él, en cambio, actúa más cercano.

—¿El shogun mandó a matar a tus padres, pero tú aún quieres servirle? -le preguntó regresando a sentarse.

—Decirlo de esa forma suena incoherente, lo sé.

—Lo es. ¿Por qué harías algo como eso? Si yo fuera tú, tomaría mi espada para matarle.

—Me parece que no eres un pacifista, más bien, eres un vengador.

—...

—Yo no tenía la edad suficiente para darme cuenta de lo que pasó. Crecer sin padres no es algo bueno, pero no estaba solo, mi sensei estuvo ahí. -lo confronta finalmente mirándolo directo. —La muerte de ellos no significó mucho para mí; sin embargo, recuerdo que un día pensé lo que dijiste ahora.

Los ojos esmeralda se fijaron en los del menor con curiosidad.

—¿Y entonces? ¿Qué te detuvo?

—¿Odias al shogun? -le cuestionó Katsuki.

—No, pero tampoco es que acepte o esté de acuerdo con sus órdenes.

—En eso último estoy contigo. -concuerda. —Pero en aquel entonces, cuando estaba decidiendo por estar en su contra, puse en orden mis pensamientos. “¿Luchar contra el gobierno con la misma espada que mi maestro me dio sería lo correcto?”

—Oh... Si hubieras intentado hacerlo, tu espada dudaría. Entiendo.

—Así es. Y además no quisiera tener que llegar a luchar en contra de sensei algún día, prefiero pelear a su lado.

Dekubaku En Edo - [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora