THE MAZE RUNNER *imaginas*

𝔽𝕚𝕣𝕤𝕥 𝔾𝕚𝕣𝕝

¿Qué pasaría si la primera en llegar hubiera sido una chica?

Imaginemos que has despertado en el elevador, tienes una extraña sensación de que algo no está bien pero intentas calmarte ante los agobiantes síntomas de mareo mientras vas subiendo, comienzas a sudar aguantando las ganas de llorar esperando que nada te fuera a caer encima ante aquella sacudida del lugar.
Una vez en tu destino y pasado el momento en aquel lugar, comienzas a inspeccionar el lugar, verías con gran detenimiento la marca de la caja en donde aparecen unas letras negras desgastadas (W.C.K.D.), inspeccionas caja por caja; con algunas de las herramientas lograrías subir a la arriba para mirar el lugar, no parecía alentador pero sin embargo hiciste tu mayor esfuerzo para sacar las cosas y establecerte en un lugar antes del anochecer. 

Fue una tarde muy dura, terminaste sudando por todo el trabajo que habías realizado así que buscaste algo de entre las cajas que te sirviera de alimento, encontraste una manzana que comiste con mucha desesperación y bebiste agua del río en una cantimplora que venía entre las cajas. Cuando la luz se iba apagando en el lugar, dejaste todas las cajas bajo un pequeño árbol antes de buscar un espacio para descansar, estabas bastante cansada que en un par de metros luego de ese árbol, dormiste sin problema.
En la noche escuchaste algunos ruidos extraños que se escuchaban a la distancia pero eso no impidió que siguieras durmiendo, fue hasta que escuchaste un repiqueteo extraño a los alrededores y un grito desgarrador, tallaste tus ojos con el corazón latiendo a mil por hora, te hacías mil preguntas a la vez pero en ningún momento encontraste algo en tu memoria que pudiera resolver siquiera una incógnita, ¿qué había pasado con tu mente? Ni siquiera eras consciente de algo que fuera relevante antes de que llegaras ahí, sí, recordabas tu nombre pero no el motivo de estar sola en ese lugar. Levantaste la vista de tu lugar, inspeccionando el lugar y yendo hasta las cajas para tomar otra de las manzanas. 

¿Volverías a dormir? Al final decidiste no hacerlo, revisaste las provisiones para asegurarte que no habías olvidado algo en la caja, recorriste el lugar hasta el cansancio, no había una sola estructura que te ayudara a sentar las bases del que sería tú nuevo hogar así que esperaste a que comenzara a iluminarse el lugar para escribir en la libreta de pasta morada (que venía en una de las cajas) y lo que parecía un lápiz desgastado, aún sin saber lo importante que sería ese segundo día para construir todo un espacio seguro. 

No todo fue bueno durante tú primer mes ahí, hubo muchas dudas, miles de lágrimas ante la soledad, incluso hablabas contigo misma de vez en cuando tratando de encontrar paz, haciendo miles de cosas para evitar sobre pensar hasta el más mínimo detalle, también hubo mucho estrés, había días en los que las cosas no te salían como esperabas ¿por qué tenía que ser tan difícil construir algo? Te echabas a llorar por milésima vez antes de escuchar un ruido ensordecedor, ¿de dónde venía? 
Fuiste a sentarte al pasto, limpiando un poco del sudor que resbalaba de tu frente, cuando menos lo esperaste, la caja se abrió de nueva cuenta mostrando a un chico (la segunda persona en ese sitio), comprendería sus emociones, ayudándolo a calmarse y que saliera de ahí; hablarías sobre lo que había sido tu vida en ese mes, le mostraste la libreta donde tachabas cada día, él parecía algo confundido, sin embargo, lograrían establecer una relación amistosa genuina. Ambos se levantarían para sacar las cosas del elevador, armarías un inventario de las cosas que tienen en total y le compartirías tus planes para establecer diversos sectores importante con relación a sus provisiones.  

Al pasar del tiempo, y con muchos chicos más ayudando en el lugar (al que denominaron el Área), se había construido una cocina. Una cabaña lo bastante grande para albergar a vario chicos donde podrían sentarse y platicar durante la comida, incluso había mucho movimiento para los que querían echar a andar su imaginación. 
Alby y tú los veían con orgullo, su relación se establecía como la de dos hermanos que se apoyaban mutuamente en las cosas del otro, siendo figuras de autoridad justas evitando cualquier problema (tanto en ustedes como en los demás larchos). Con esto tendrían un reglamento más flexible, una mejor convivencia haciendo que las asambleas no se extiendan teniendo el espacio para la opinión de cada uno y ayudar a mejorar el Área.

Era como si vivir en ese lugar te hiciera estar más tranquila, incluso pensando en los futuros recién-llegados, se establecerían en un espacio saludable y limpio, se consolidarían con el pasar  de los meses en pequeñas familias (grupos con personas con un fuerte lazo emocional generado por su convivencia en cada uno de los trabajos). Estarías interesada en saber más acerca de las personas que los pusieron ahí, entendiendo después de mucho tiempo que no había sido una casualidad, había ciertos patrones, cosas raras sucedían en las noches durante el movimiento del laberinto, los escarabajos parecían estar en todos lados y una energía extraña te agobiaba, incluso hablaste de ello con Alby y, aunque te dijo que lo olvidaras porque eras puras supersticiones, decidió investigar por su cuenta, atando cabos en el proceso.
Luego de estar de acuerdo, en la asamblea invitarían al resto a dar una solución al problema de su salida, incluso nombrando a vario chicos como corredores, en constante ensayo-error siendo tú la encargada de apoyar cada travesía.

A la llegada de Thomas y Teresa, tú serías la primera en sentir algo extraño con ellos dos, confiarías en Thomas desde el primer momento haciendo que se sienta parte del lugar como el resto de los chicos, algunos sin tener problemas y otros que se veían opacados ante su presencia.  No era de extrañarse que de inmediato te hubieras llevado de maravilla con él, se reía de tus chistes, a veces te llamaba mandona y aunque usaba un tono sarcástico contigo, se lo pasabas por ser tu mejor amigo; a su ver, él iba creando una muy buena relación con Minho y Newt siendo mejores amigos al primer instante, a ustedes se les unió Chuck y Winston, era divertido comer juntos, hacer actividades, hablar sobre lo que esperaban al salir del lugar y ni siquiera te habías dado cuenta de lo olvidado que podías llegar a Alby, se había vuelto muy callado pero seguía manteniendo ese cariño especial por los que amaba. 

Ni siquiera te diste cuenta cuando comenzó a irse en picada, por primera vez luego de tres años, el orden y control que habías establecido se había ido a la plopus; hace un mes que la comida no llegaba, se morían de hambre y lo que tenían en sus sembradíos no daba a basto, se habían dividido entre confiar en los recién llegados o temer como si fuera un mal presagio, incluso intentaste calmarlos junto a Alby esperando que eso ayudara a tener más tiempo de conseguir respuestas pero sólo un grupo de ellos se marchó con Gally, un conspirador a tus espaldas que no dejaba ni un cabo suelto con tal de quitarte del mando, todo por apoyar a Thomas.
Gran parte de sus últimos días en el Área, intentaste convencer a los pocos que quedaron de unirse a su grupo para escapar, aunque Gally se había opuesto a esto, lo callaste con un puñetazo y eso no hizo que muchos se burlaran de él, se fueron siguiendo las instrucciones de Thomas hasta el final la lucha con los penitentes. Organizaste a los larchos en filas, de los que eran más fuertes hasta los más débiles.

Gritaste y lloraste ante la pérdida de muchos de los larchos pero finalmente salieron de ahí, ya no había preocupaciones, sólo tendrían que inspeccionar l lugar y esperar a ser rescatados.