THE MAZE RUNNER *imaginas*

【IᗰᗩGIᑎᗩ ᑕOᑎ ᑎᕮᗯT】

〘Actualizado 1/Dic/2020 | 6:38 A.M.〙

Katia

Estaba muy cansada, llevaba más de medio día sentada en esta silla, revisando los neurotransmisores de los chicos, ninguno mostraba un desempeño mayor al que buscaba la dra. Paige, incluso llegamos a dudar sobre su adaptación a las peores circunstancias que se vendrían en poco tiempo. 

Caminaba tranquilamente  hasta la oficina de la ministra Ava Paige, ella nos había protegido  a todos desde que éramos unos niños inofensivos pero muy capaces de  construir algo grande.
Tan grande como una ciudad o hasta un país; entre todos aportamos ideas para hacer un laberinto, uno en el que los chicos que mandaron fueran lo suficientemente listos para lograr salir de ahí solos.

—Katia. —me llamó la ministra con una sonrisa desde la sala de juntas— Has hecho un gran trabajo con el laberinto, el manejo de las mentes de los chicos e incluso el control del laboratorio, te felicito. —Yo no pude hacer más que sonreír y agradecer por sus palabras— Necesitamos verificar ciertas cosas y con el trabajo que has adelantado durante el último mes, ya es seguro que tu ingreso al laberinto podría ser durante estos días.

Yo me quedé estupefacta ante lo que había dicho la ministra, si bien tenía ganas de entrar al laberinto no me gustaría perder los pocos recuerdos que tenía de mi familia, mi hogar y aquellos amigos que no volví a ver cuando se desataron las llamaradas en mi ciudad, recordar ciertas cosas incluso me duelen pero no quiero olvidarlas, no así. 

—Sé lo que estás pensando así que no te preocupes, todos tus recuerdos estarán intactos. —Le agradecí con un simple asentimiento y una sonrisa algo parecida a una mueca—

Los siguientes días, tal cual me lo había dicho la ministra, estaba siendo preparada para mi entrada al laberinto, entre algunas pruebas que anexaron a comparación de otros chicos, ejercicios e incluso una larga plática con otro de los chicos que se encontraban en la sala de cámaras, me daba algunos puntos de vista respecto al área, me hablaba de cada uno de los chicos haciendo hincapié en que debía cuidarme de un chico rubio, Newt, parecía sumamente amigable pero era todo lo contrario, él manejaba ciertas cosas a su antojo sin importar mucho de lo que dijera el líder principal del área. 
Así pasó hasta que el día en que fui bajada al área, mi último recuerdo fue a la doctora Paige sonriendo, acariciaba mi cabello y me susurraba en el oído que todo estaría bien. 

Newt

Esa mañana la caja traería a un nuevo larcho, después de la llegada de Zart y su buena adaptación, estaba preparado para recibir al siguiente y tal vez darle un poco de influencia para su estadía en los jardines, aún teniendo gente, había muchas más cosas que hacer y los fregones no siempre iban a estar ayudando en todo lo que les dijéramos, incluso el mismo Alby me había pedido que formaramos equipos para acabar pronto con todo sin mucho esfuerzo pero si esta vez llegaba la caja antes del atardecer, lo más seguro es que tuviera que cargar con un montón de cajas para acomodar en el huerto y eso era horrible, tomando en cuenta que los jardines y el huerto estaban mucho más lejos de la caja, ninguno de los jardineros va a aguantar demasiado, seguramente tendríamos que desvelarnos para poder aguantar el ritmo, terminar con todo a tiempo pero se nos acumularía el trabajo del siguiente día, no nos recuperaremos tan fácilmente de eso. 

—Tan temprano y ya inmerso en tus pensamientos, Newtito. —Uno de mis amigos jardineros me había venido a ayudar a plantar unas semillas, él ya había terminado su parte pero yo sólo pensaba en el trabajo que vendría hoy—

—Perdona, es sólo que me imagino todo lo que se vendrá hoy y no quiero batallar mucho, sé que no he hecho mucho pero muero por descansar, te lo juro. —Matt se había limpiado las manos llenas de tierra mientras tomaba el resto de las semillas, yo no hice más que hacer los agujeros para enterrarlas y posteriormente taparlas para que pudieran germinar muy pronto, por lo menos en un mes ya que los últimos días, habíamos batallado bastante para que las cosas se nos dieran—