En sólo un segundo

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Desperté por la mañana gracias a la luz entrando a mi cuarto, en la noche había recordado en mis sueños aquel momento en el que ellos se volvieron novios, prácticamente desde ese tiempo hasta acá había desarrollado unos sentimientos extraños que ahora podía identificarlos perfectamente, lo sabía, ahora lo sabía, pero ahora la pregunta era ¿Qué hacer con estos sentimientos? ¿seguir adelante como si nada hubiera cambiado? O ¿jugarme todas mis cartas por ella?

Se acercaba la hora de pasar a recoger a Marinette a su casa, estaba nervioso, pero feliz, ella últimamente se veía muy triste y quería ayudar a levantar su ánimo, por lo que vi una receta de un pie de limón por internet y antes de ir a buscarla estuve preparando eso en la cocina, se veía delicioso y esperaba con ansias el momento en el que ella lo probara, quizás no fue demasiado inteligente cocinar un dulce precisamente a ella que con sus padres tienen una tienda precisamente de eso pero fue lo más fácil y delicioso que encontré para sorprenderla.

Ya eran las 14:30 pm y le indicaba a Gorila que preparara el auto para ir a buscar a Marinette, me subí con el al auto y partimos rumbo a la panadería de los Dupain Cheng.

Ahí estaba Marinette, se veía tan hermosa con aquel vestido floreado y esa corona de trenzas sobre su cabello suelto.

-mamá, papá ¡nos vemos!-

Se despedía de sus padres mientras yo les hacía señas de saludo desde la entrada, le abrí la puerta del auto y ella ingresó.

-¿Cómo has estado Adrien? ¿pudiste conciliar el sueño anoche?-

-Si, en realidad estaba muy cansado y apenas te envié el ultimo mensaje me quedé dormido nuevamente-

-Me alegro, lo que es yo... no dormí mucho, a decir verdad-

-¿Y por qué? ... bueno si me quieres contar claro-

-Pensando... cosas, entre otras cosas, por lo menos aproveché para poder terminar unos vestidos que estaba diseñando-

-¡Genial! Si los hiciste tu no dudo que quedaron hermosos-

-De hecho... este vestido lo hice yo-

-Te quedó precioso, en verdad te ves muy preciosa en el-

Oh no, ¿lo pensé o lo dije? Ella me quitó la mirada y comenzó a ver por la ventana hacia afuera como si quisiera ignorarme, debía averiguar si aun podría sentir algo por mi o no.

Respiré profundo y reforcé las palabras que torpemente había soltado antes, posé mi mano sobre la suya e hice que me observara.

-Disculpa si te puse incomoda, pero es verdad Marinette, eres hermosa-

Ella no sabia que responder, nuestras miradas se quedaron fijas por un momento, pero nuevamente vio a cualquier otro lugar menos hacia donde estaba yo, fue el rechazo mas doloroso que he recibido.

El sonido de un portón abriéndose me alertaba de que ya habíamos llegado a casa.

Al llegar me bajé rápidamente y fui a dar la vuelta para abrir la puerta del lado de Marinette para que pudiese bajar.

Ella me dedicó una sonrisa que duró unos segundos y fue a mi lado hasta entrar a mi casa.

Nos dirigimos hasta mi cuarto y la dejé ahí, le pedí que me esperara para poder ir a buscar el pie que cociné para ella y le llevé unos trozos para compartir mientras estábamos en las clases de chino.

-Toma-

Le acerqué el plato con una cuchara para que pudiera probarlo, ella se lo llevó a la boca y sonrió, al parecer le había gustado.

-Está delicioso Adrien, ¿Dónde lo compraste?-

-No lo compré, lo hice, para ti-

-¿En serio? ¿tú lo cocinaste? No sabía que cocinabas-

-Un talento que tampoco sabía que tenía, pero dime ¿Qué tal quedó? Quiero que me evalué mi chef favorita-

-¿presentación? un diez, ¿sabor? tiene el dulzor perfecto, ¿cocción? La base quedó bien cocida, ¿aroma? Delicioso, ¿textura? Suave y se derrite en el paladar, ¿mi veredicto? ¡Está perfecto!-

Sonreí al ver que a ella le había gustado como me había quedado el pie de limón, si ella lo aprobaba era porque lo había hecho fenomenal.

-No sabía que hacer el día de hoy para verte un poco más feliz, últimamente te he visto un poco triste y quise cocinarte un dulce para que puedas levantar tu animo-

-te diste cuenta... pensé que lo podía disimular un poco siquiera-

-¿Qué te pasó Marinette? ¿quieres conversar de eso conmigo?-

-No-

Su respuesta fue muy tajante que hasta me dio un poco de miedo, dejé el tema ahí ya que sentí que ella no quería hablar sobre eso, solo haría que se sintiera incomoda y se quisiese ir.

-Bueno, te entiendo, ¿comencemos la lección de hoy?-

-Claro...-

Ella sacó su cuaderno y sus lápices además de su tableta para poder estudiar y anotar lo que le iba dictando, ella había mostrado una progresión en su aprendizaje, se estaba esforzando mucho para poder aprender chino, solo que aun no sabia muy bien como escribir o leer, pero por lo menos su pronunciación mejoraba cada vez más.

-Adrien, quería preguntarte algo-

-Si dime-

-¿Qué significa esto? Creo que tú lo escribiste en mi cuaderno, pero no sé qué significa-

-Aah... eso... bueno... significa...-

¿Y ahora que le digo? Ese día quería hacerle un cumplido y le escribí "eres hermosa" en chino en su cuaderno, pero con lo incomoda que se sintió cuando veníamos en el auto al decirle precisamente eso es mejor que le dijera una pequeña mentira.

-Bueno... es ... un mantra, dice "sigue esforzándote" era para que tuvieras los ánimos para poder aprender, pero ya no hace falta porque estas aprendiendo super rápido-

-Eso es gracias a que tengo el mejor profesor de chino-

Luego de despistarla suspiré aliviado de que me creyera lo que le dije.


Seguimos estudiando durante una hora y media aprox, Marinette estaba a mi lado tratando de estar despierta pero parecía que sus ojos iban perdiendo la lucha poco a poco.

-¿Marinette?-

Tocaba su hombro para poder despertarla o hacer que reaccionara, pero en eso se exaltó y me golpeó con uno de sus brazos en el rostro.

-¿Qué pasó? ¡Ay no! ¿¡que hice!? Te pasé a golpear, discúlpame-

-Tranquila, no fue nada-

-¡Cómo que no! mírate, estás sangrando-

Quité la mano de mi nariz, y la vi, había comenzado a botar un poco de sangre, creo que el golpe había sido un poco mas fuerte de lo que yo dimensioné.

-Deja busco algo para ayudarte, ¡lo siento tanto Adrien!-

Marinette corrió hacia el baño buscando algo para ayudarme, tenia un botiquín afortunadamente y trajo una toalla de mano limpia para poder detener el sangrado, yo estaba sentado en uno de los extremos del sillón y ella se subió en el y se acercó a limpiar mi rostro de la sangre y aplicó un poco de alcohol para desinfectar el área.

La tenía tan cerca de mí, ese aroma tan dulce que desprendían sus cabellos parecía casi anestésico, no sentía ningún dolor cerca de ella, cerré mis ojos y solo me dejé llevar por sus suaves manos pasando por mi rostro, volví a abrirlos y ella se veía tan concentrada en lo que hacía, mi corazón comenzó a acelerarse y mis manos y cuerpo reaccionó solo ante su cercanía, no sé qué había pasado, pero sólo un segundo bastó que ni lo pensé y...

Ella y yo ya nos estábamos besando nuevamente. 

Nadie quiere estar solo / Marichat / adrinetteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora