orgasm ☕ hopev

017 » jimin & jungkook pt2

A pesar de que ya se dirigía al lugar de inscripción, sus pasos, firmes sobre el pavimento, no lograban calmar el torbellino de pensamientos que lo acosaban. Taehyung no podía evitar cuestionarse si realmente tenía lo necesario para, al menos, alcanzar el tercer puesto.

No entendía de dónde había surgido aquella súbita valentía que lo empujó a inscribirse en semejante competencia. Pero ahora era demasiado tarde para retractarse. Incluso si quisiera escapar, el brazo de Jimin aferrado con determinación a su muñeca lo retenía con tal firmeza que parecía un grillete impidiendo cualquier intento de huida.

Inhaló profundamente, tratando de controlar el nerviosismo que se agitaba en su interior, y lanzó una mirada furtiva hacia su amigo antes de tragar saliva.

—Jimin, no sé si esto es una buena idea. Quizás deberíamos esperar otro año. —murmuró, esperando a que el susodicho comprendiera la incertidumbre que lo dominaba. Sin embargo, al oír un suspiro exasperado, supo que aquello era inútil.

—No te acobardes ahora —replicó con firmeza—. Siempre dices lo mismo. Empieza a creer en ti. Este año podría ser tu gran oportunidad, o al menos el primer paso hacia tu carrera como artista. Y mientras estés conmigo, no te dejaré retroceder, así que camina más rápido.

Taehyung no tuvo más opción que seguir avanzando, a pesar del nudo que le oprimía el estómago.

No ofreció resistencia y permaneció en silencio, dejando que sus pies lo llevaran tras Jimin sin cuestionar su decisión. Pronto, una fila de aproximadamente veinte personas se extendía frente a ellos. Aunque no era una multitud, la confianza que emanaba de aquellas personas lo inquietaba. Parecían tan seguros de sus habilidades, tan complacidos de estar allí, que Taehyung no podía evitar sentirse fuera de lugar. ¿Cómo podría él, alguien que apenas soportaba lo que hacía, competir contra artistas que claramente abrazaban su arte con orgullo?

A medida que avanzaban en la fila, la sensación de estar desperdiciando el tiempo se apoderaba de él. Sin embargo, los minutos parecían transcurrir rápidamente, en parte debido a la juventud y eficiencia de quienes gestionaban el proceso de inscripción.

Finalmente llegó su turno. Se dirigieron al mostrador de la izquierda, donde un joven, de alrededor de veinte años, los recibió con una sonrisa cortés. Su cabello teñido de un vibrante morado y su mandíbula definida como el filo de una cuchilla le conferían una presencia llamativa. Sin embargo, fue evidente para Taehyung que la sonrisa del joven estaba particularmente dirigida hacia Jimin, como si el interés hubiera surgido de inmediato. La expresión del muchacho dejaba poco espacio a la imaginación: había encontrado algo en el rubio que lo fascinaba.

—¿En qué puedo ayudarles? —preguntó entonces fijando su mirada intensamente en el mismo punto concreto.

—¡Venimos a inscribir al mejor pintor de todos los tiempos! —exclamó Jimin con entusiasmo, golpeando el mostrador con su mano derecha y levantando su puño izquierdo en un gesto de orgullo inquebrantable.

El rostro de Taehyung se tornó de un rojo intenso, producto de la vergüenza. Miró de reojo a las personas detrás de ellos, debatiéndose entre el deseo de observar sus reacciones y la necesidad de evitar más incomodidad.

—¿Y ese es...? —inquirió el chico, dejando escapar una risa suave y cómplice.

—Kim Taehyung. Apúntalo ya. —señala con firmeza el papel de inscripciones, urgido por la impaciencia.

El muchacho de cabello morado asintió y, acatando la solicitud, comenzó a dirigirse directamente a Taehyung para completar el registro. Le pidió los datos necesarios, y en menos de un minuto la inscripción estaba finalizada. Justo cuando Jimin agradeció y se dispuso a marcharse, el joven lo detuvo, extendiendo su mano para tocarle el antebrazo con suavidad, deteniendo su avance.