001 » cansancio

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Taehyung abre sus labios en busca de aire. Aquella fina polla maltrataba su abertura desde hacía minutos, y aún así, no es capaz de sentir nada.

Ni siquiera un mínimo placer y aparentemente su compañero de trabajo, Dongsun , lejos de darse cuenta, parecía estar demasiado concentrado en su propio gozo. Se notaba en la forma en la que sus ojos estaban fijos en la unión de sus cuerpos, en cómo su mandíbula apretada y la vena que sobresalía en su frente delataban el esfuerzo que hacía para llegar a su clímax.

Taehyung, por su parte, observaba el techo blanco de su dormitorio, las manos clavadas en los bíceps del chico mientras este tomaba sus piernas con firmeza.

Dongsun no era robusto, tampoco demasiado delgado. Tenía la suficiente musculatura como para haberse fijado en él, y aunque su miembro no tuviese el grosor que acostumbraba a gustarle, su longitud le daba puntos extras y le compensaba. Aunque claro, la largueza no servía de mucho si no le daba algún tipo de estímulo.

Desesperado por sentir algo, cualquier cosa, Taehyung cambió repentinamente de posición, sentándose en el regazo del pelirrojo, que resopló sorprendido por el cambio repentino. —Voy a montarte —anunció, su voz cargada de una determinación vacía, más por aburrimiento que por deseo.

Sin esperar respuesta, guió el miembro de Dongsun de nuevo a su entrada y comenzó a moverse. Subía y bajaba, giraba las caderas buscando un ángulo, cualquier movimiento que pudiera despertar algo dentro de él. Pero nada. Cada vaivén era más frustrante que el anterior. No sentía nada, y eso le provocaba más irritación que cualquier otra cosa.

Finalmente, cedió, dejando que el pelirrojo retomara el control. Cerró los ojos, resignado a dejar que el otro hombre se moviera a su antojo, soltando ocasionalmente algún gemido o suspiro de esfuerzo que no hacía más que recordarle lo ajeno que se sentía en todo ese encuentro.

Dongsun lo disfruta, demasiado de hecho. La respiración agitada del chico se volvió más rápida, y su cuerpo se tensó. Un último gruñido profundo resonó antes de que se derramara dentro de Taehyung. Este exhaló, soltando el aire contenido en sus pulmones, agradeciendo internamente que todo hubiera terminado.

El miembro de su compañero salió de él, provocándole un escalofrío que, irónicamente, fue la única sensación de placer que sintió en toda la noche.

Entonces se permitió mirar a Dongsun, quien yacía al lado de él, con una expresión de satisfacción en el rostro, los ojos cerrados y una sonrisa tonta. Parecía tan contento de haberse corrido que Taehyung no pudo evitar sentir una punzada de resentimiento. ¿Esto era todo lo que significaba el sexo para él? ¿Una simple necesidad fisiológica sin ninguna conexión emocional o mental? O sea, era consciente de que no tenían nada importante, pero el after care era algo fundamental, ¿no?

Dongsun llevaba meses pidiéndole salir y haciendo insinuaciones en cada oportunidad que tenía, especialmente en el trabajo, donde solía ser bastante insistente, incluso molesto. A pesar de eso, Taehyung no podía negar que había algo en él que le atraía: su buena apariencia, su físico esbelto pero bien definido, y esa sonrisa confiada que siempre parecía dirigirle. No era un Adonis, pero tenía un encanto que Taehyung encontraba intrigante. Así que, después de semanas de un juego de coqueteos y miradas furtivas, Taehyung decidió darle una oportunidad, pensando que tal vez Dongsun podría ser el amante apasionado que tanto había estado buscando, alguien que finalmente le proporcionara el placer que había estado anhelando durante tanto tiempo. Sin embargo, mientras yacía en la cama junto a él, mirando al blanco e impersonal techo de su dormitorio, sintió una oleada de decepción al darse cuenta de que había cometido un error; lo que él esperaba fuera una experiencia electrizante había resultado ser otra noche más de vacío e insatisfacción.

orgasm ☕ hopev Donde viven las historias. Descúbrelo ahora