018 » amor nocturno

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Taehyung organizaba cuidadosamente los utensilios de pintura sobre los postes de la calle, luchando por controlar el temblor persistente en sus manos. Había traído consigo una parte significativa de su pequeño apartamento, compuesto principalmente por pinceles, pinturas, un caballete de madera tallada y un lienzo de tamaño mediano.

El nerviosismo era palpable. Sentía su estómago retorcerse, y la idea de vomitar el desayuno no dejaba de acecharlo. La vergüenza lo dominaba, incapaz de levantar la mirada hacia sus compañeros por miedo a que detectaran su ansiedad y lo percibieran como un punto débil. Aunque, en su fuero interno, reconocía esa fragilidad, no tenía intención de proporcionarles esa ventaja con tanta facilidad.

Miró la hora en su teléfono: quedaban apenas cinco minutos para el inicio del concurso. Incapaz de evitarlo, buscó con la mirada a Jimin, quien se encontraba sentado a cierta distancia, cumpliendo con las reglas del evento. Este le dedicó una sonrisa tranquilizadora, levantando los pulgares en señal de apoyo. Poco después, le mostró su teléfono, en el que había escrito un mensaje breve pero contundente: Estoy contigo, Taehyung. Confía en ti y lo lograrás.

Con un leve asentimiento, Taehyung levantó las manos en respuesta, replicando el gesto de los pulgares arriba. Si no era capaz de hacerlo por sí mismo, al menos lo haría por Jimin, quien siempre había permanecido a su lado. No podía permitirse fallarle.

Poco después percibió el sonido de varios pasos aproximándose por su derecha, y pronto se dio cuenta de que provenían de los tres jueces del concurso. El primero era un joven de complexión delgada, no más alto de 1,70, que aparentaba estar entre los veinte y veinticinco años. Su cabello rubio contrastaba con unos llamativos ojos de un tono escarlata, y unas gafas de gran tamaño cubrían la mayor parte de su rostro. A su lado se encontraba un hombre de cabello oscuro y rizado, desordenado por el viento. Su mirada felina y profunda, junto con una nariz pequeña y unos labios finos pero rosados, le conferían una presencia marcada de autoridad, sugiriendo que lideraba al grupo de jueces.

El tercer miembro del jurado provocó una reacción más intensa en Taehyung. Bae Hajoon, con su imponente figura, lucía un traje de marca perfectamente planchado, que resaltaba su robustez. Su porte altivo y su pecho erguido proyectaban una imagen de autoridad incuestionable. Al principio, Taehyung experimentó un breve alivio al notar que Hajoon no parecía haberse percatado de su presencia, pero ese sentimiento pronto se desvaneció cuando sintió su mirada fija sobre él, acompañada de una sonrisa cargada de condescendencia. Taehyung, incómodo y deseoso de evitar cualquier contacto, desvió la vista hacia el suelo, fingiendo no haberle reconocido. Sabía que no podía permitirse distracciones en ese momento; debía concentrarse en las palabras del juez principal, cuya voz se había mantenido como un murmullo en segundo plano debido a su propia falta de atención.

Aun así, logró captar las indicaciones finales, las cuales eran de gran importancia. El hombre de cabello rizado, quien había hablado la mayor parte del tiempo, dio las últimas instrucciones con una claridad profesional:

—Contarán con tres horas para finalizar sus obras. Sabemos que no es mucho tiempo, pero este es un concurso y debemos mantenernos dentro de los plazos establecidos. Los jueces evaluaremos diversos aspectos: la interpretación de la temática, el manejo de la paleta de colores, la técnica aplicada sobre el lienzo, el uso de sombras y luces, así como la composición y las proporciones. En definitiva, prestaremos atención a cada detalle; por lo tanto, se espera un nivel de perfección elevado. —Hizo una pausa breve, visiblemente necesitado de descanso tras su largo discurso—. La temática del concurso será amor nocturno. Quiero que expresen lo que esta frase les inspire. Recuerden, tienen tres horas, y el ganador verá su obra exhibida en un museo.

Tras estas palabras, el juez consultó el reloj antiguo que llevaba en la muñeca, ajustando los botones antes de regresar su mirada hacia los participantes.

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