orgasm ☕ hopev

005 » lujoso

Taehyung había llegado al lugar acordado hace aproximadamente diez minutos. Su aversión a la impuntualidad le llevó a salir de casa con media hora de antelación, pero esto no le impidió arreglarse con esmero: se afeitó, eligió su mejor atuendo y se peinó cuidadosamente. Aunque no aspiraba a una perfección inalcanzable, se sentía satisfecho con su elección: una camisa verde floral combinada con una chaqueta beige, un equilibrio entre casual y formal que consideró adecuado para la ocasión.

Sin embargo, aún no comprendía del todo el destino que Hoseok había escogido para su cita. Se encontraba frente al Privilege Bar, un establecimiento cuyo nombre y apariencia sugerían una alta gama de exclusividad y precios elevados. Consciente de que este tipo de lugares suelen tener un coste elevado incluso para lo más básico, se cuestionaba si Hoseok realmente lo llevaría allí o si era una forma de medir sus expectativas. Aunque no tenía suficiente información sobre la situación económica de Hoseok o el origen de su ostentoso Porsche, no podía evitar preguntarse si el bar lujoso era solo una fachada para algo más accesible.

Para disipar sus dudas, cruzó la calle para observar un restaurante de hamburguesas en el lado opuesto. El contraste entre el bar de lujo y el modesto local era evidente: el restaurante de hamburguesas tenía paredes grises adornadas con grafitis y un interior sencillo y sin pretensiones. Aunque el lugar era mucho más humilde, Taehyung pensó que preferiría mil veces una comida allí en lugar de enfrentarse a la posible pretensión del Privilege Bar.

El reloj de muñeca de Taehyung sonó, sacándolo de sus pensamientos. Eran justo las ocho en punto cuando vio el reluciente coche de Jung Hoseok entrar en la zona. Aunque valoraba la puntualidad, la exactitud con la que Hoseok llegaba era casi frustrante. Un impulso fugaz de abollar el elegante automóvil cruzó su mente, pero lo desechó al observar cómo Hoseok aparcaba con una sola mano a través del cristal oscuro. La imagen era tan impactante que le resultaba difícil no sucumbir al encanto del azabache, aunque intentara mantener una actitud indiferente.

Reencontrarse con Hoseok después de dos días era una experiencia fascinante. Sabía que era atractivo, pero verlo de nuevo y poder admirarlo detenidamente le hizo cuestionar si era posible que un hombre tan encantador estuviera realmente interesado en él. Hoseok avanzaba con una elegancia y seguridad que le resultaba casi envidiable. Llevaba una camisa azul oscuro que se ajustaba perfectamente a su torso y pantalones tan ajustados que hacían que Taehyung deseara tener un par de rayos láser para observar más de cerca.

Hoseok se detuvo frente al Privilege Bar, escudriñando el área en busca de Taehyung. Con las manos en las caderas y la mandíbula apretada, mostraba una expresión de leve frustración por no verlo. Taehyung levantó el brazo para llamar su atención, y fue entonces cuando Hoseok le dirigió una sonrisa que desarmó cualquier resistencia. El azabache se acercó con determinación hasta quedar frente a él, y Taehyung no pudo evitar notar el exquisito aroma a vainilla que emanaba de él. El perfume era tan cautivador que se preguntó cómo alguien podía oler tan bien.

—Taehyung. —le saluda Hoseok con una sonrisa que resalta su calidez y atractivo, su voz con un matiz suave que parece de terciopelo—. ¿Qué haces aquí? El lugar al que vamos está al otro lado de la calle.

Taehyung titubea, sorprendido por la aclaración. —¿Disculpa? —pregunta con inseguridad—. Te refieres a... —señala el lujoso restaurante al otro lado de la calle—. ¿Aquel lugar?

—Sí, exactamente allí. —responde Hoseok con una ligera sonrisa y un encogimiento de hombros. Luego, con un gesto atrevido, toma la mano de Taehyung y entrelaza sus dedos con los de él. El tacto de Hoseok es tan agradable que Taehyung siente una oleada de emoción—. Vamos.

Taehyung duda en pronunciar palabra, dejándose guiar por Hoseok mientras atraviesan el restaurante. El contacto de la mano de Hoseok es inesperadamente reconfortante, y a pesar de que sus manos son de tamaño similar, el agarre le transmite una sensación de seguridad.