Capítulo 14

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—Dígame, ¿y si quemo ese cuaderno? ¿Saldría conmigo?

—¿Ah?

Después de tragar su último bocado, Hina dejó escapar una respuesta ininteligible. Por un momento, no entendió lo que Hasegawa estaba diciendo.

—Si la razón por la que sigue rechazándome es por ese cuaderno y su contenido, me preguntaba si quemarlo la haría cambiar de opinión...

Lo dijo con una expresión resuelta y Hina no pudo evitar entrecerrar los ojos sospechosamente.

—Incluso si quema el cuaderno, aún así recordaría su contenido, ¿no? No, el problema no está ahí.

—¿Entonces, cuál es el problema?

Hasegawa ladeó la cabeza confundido mientras Hina lo miraba con los codos sobre la mesa.

—Lo que digo es que no puedo ser su tipo ideal. Más exactamente, no quiero serlo. Por ejemplo, sé que necesito cambiar mis hábitos de limpieza, pero no quiero hacerlo. No quiero cambiar mi forma de ser, mi personalidad. Es por eso...

—En ese caso, ¿estaría bien siempre y cuando no le pida que cambie?

—¿Ah?

Hina se sorprendió ya que no esperaba escuchar esas palabras. Hasegawa continuó hablando sin preocuparse en su reacción.

—¿No lo dijo antes? Esa "forma en que soy ahora no le atrae"...

—Dije que...

Si solo confesara eso, las palabras parecerían una confesión. Hina frunció el ceño ante la idea.

—Hasta ahora estaba obsesionado con la idea de que solo debería salir con una mujer que se ajustara a mi ideal. Si me gustara alguien que no es mi ideal, incluso si es problemático, pensé que estaría bien modificarla. De lo contrario, estaba convencido de que ni ella ni yo podríamos ser felices...

—¿Ah?

—Y por eso, cuando me di cuenta de que estaba interesado en usted, estaba completamente confundido. Todos los días se vestía de una manera varonil y trabaja mucho más arduamente que nadie. Al final del día, siempre me preocupa si se has ido a casa con seguridad. Fue un hecho inesperado en mi plan de vida. Honestamente, estaba desesperado porque estaba usted demasiado lejos de mi ideal...

—¿Ah? ¿Qué está diciendo? ¿Acaso quiere pelear?

Las venas de Hina casi estallaban por la ira ante esas palabras bastante insultantes de Hasegawa. Aun así, Hasegawa siguió.

—Pero a pesar de eso, pensé que estaba bien siempre que la preparara para ser mi tipo ideal. Pero poco después, me di cuenta de que todavía me gustaba tal como es. Por supuesto, mi tipo ideal sigue siendo mi tipo ideal y originalmente prefiero una mujer así, pero no me importa mientras seas tú-

—¡ALTO!— Hina gritó mientras cubría la boca de Hasegawa con las manos. Sus mejillas se habían puesto de un color rojo brillante.

—Hasegawa, ¿no le da vergüenza decir esas cosas? desde hace un tiempo las comenta con demasiada naturalidad

—¿Debería sentir vergüenza de expresar mis sentimientos?— Hasegawa dijo calmadamente mientras retiraba las manos de Hina. Con una cara ligeramente enojada, Hina cubrió sus mejillas con ambas manos.

—Bueno, a mí me da vergüenza, ¡así que por favor deténgase!

—Está bien.

Después de que Hasegawa respondió, con las mejillas aplastadas por ambos lados, Hina bajó las manos en señal de derrota. Cuando trató de sentarse derecha, Hasegawa vio la cara de Hina. Sus mejillas todavía estaban de rojo.

E.S.P.P.U.H.P.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora