—Me di cuenta poco después de que comencé mi trabajo. No podía trabajar correctamente y siempre estaba de mal humor... Me di cuenta de lo tonto que había sido. Las cosas eran geniales cuando estábamos juntos.— Hide relató con un tono muy nostálgico.
—Realmente disfruté pasar tiempo en tu casa. Trabajabas muy duro para mí. Siempre te encargabas de todo: la comida, la lavandería y la limpieza. Pero es eso, ¡ya sabes! tenías esa vibra maternal. Yo solo tocaba la guitarra, pero todos estaban contentos y satisfechos con eso. Para mí, fue agradable y conveniente tenerte ya que me mantenías.
Las palabras "ya no puedo verte como mujer", que dijo cuando se separaron sonaron en los oídos de Hina. En lugar de sentirse triste, sintió que su ira estallaba. Pensando en lo devota que había sido con un hombre así, sintió lástima de sí misma.
Hina se retorció desesperadamente tratando escapar de su alcance, pero fue en vano. Hasta que pisó su pie con el talón.
—¡Ouch!
Su agarre finalmente se aflojó, así que Hina lo empujó y logró hacer cierta distancia entre ellos. Sus zapatos eran de tacón bajo, por lo que no tenía tanto poder como los tacones de aguja, pero aún así infligió dolor a Hide, lo suficiente como para que su rostro se enrojeciera de ira, con lágrimas en los ojos.
—¡¡¡AHHH!!!— Hina salió corriendo y gritó tan fuerte como pudo. Sin embargo, fue atrapada poco después.
La agarró del brazo derecho y ella trató nuevamente escapar, sacó el timbre de prevención del crimen conectado a su bolso. Ella lo arrojó inmediatamente a la cara de Hide.
Sonó un fuerte ruido. El timbre ovalado de prevención del delito emitió señales SOS a intervalos programados.
—¡Mierda!— Hide pisoteó el timbre con ira. Quedándose en silencio después de dos o tres pisotones.
—De ninguna manera...— Hina murmuró con incredulidad. Ella quería llorar. Quería levantar la voz y gritar pidiendo ayuda. Sin embargo, estaba tan abrumada por el miedo que no salió ningún sonido de su boca.
Todavía estaba aferrado a su brazo. El agarre en ella hizo más fuerte y más doloroso.
—¡Qué demonios! ¿Tanto me odias? ¡Solo quiero que volvamos a estar juntos!
—Deten-
—¡No pienses en nada! ¡Solo acompáñame!— Él de repente gritó contra sus oídos y ella sintió que sus tímpanos explotaban.
Con su brazo todavía en sus manos, Hina sacudió la cabeza desesperadamente.
—¡Para! Por favor-
Antes de que pudiera decir algo más, la boca de Hina fue bloqueada por sus labios.
Sus labios superpuestos se sentían incómodos e insoportables. Cuando ella mordió la lengua que se le había colado en la boca, Hide la empujó. Hubo un ruido sordo cuando la espalda de Hina rebotó contra la pared de concreto.
—Ugh...— Hide se limpió la sangre en la esquina de la boca.
Hina salió corriendo tan rápido como pudo. Estaba completamente aterrada, no tenía idea de qué haría él después. Movió los piernas desesperadamente mientras se limpiaba los ojos borrosos.
¡Alguien! ¡Alguien! ¡Alguien!
Hina pidió ayuda desesperadamente. No había ningún sonido saliendo de su boca, pero en su corazón, desesperadamente pidió ayuda.
—Hasegawa...— Ella pronunció su nombre en voz alta inconscientemente. Había llamado a alguien que no podía acudir en su ayuda.
Había sido ella quien puso fin a su relación. Ya no podía estar con él en el futuro. Aun así, todavía lo buscaba egoístamente.