Capítulo 2

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De acuerdo, todo empezó muy mal.

- Joven Jimin, ¿que hacemos?

Preguntó Chanyeol, el guardia que me escoltaba al campamento militar. Habíamos partido del ducado Park hace dos días y estábamos pasando por un inconveniente: el puente que nos llevaría al sitio indicado estaba roto por completo. Obra de las constantes tormentas de nieve sin duda.

- Podríamos intentar rodear el río-

- Eso nos tomaría por lo menos otros dos días - lo interrumpí tratando de pensar en una solución - si no me presento hoy, me darán de baja en el ejército y mi familia sufriría horribles consecuencias, déjame ver... - me acomodé el abrigo y baje de mi caballo.

Con cuidado me apoye sobre el río congelado para ver qué tan resistente era, para mí sorpresa terminó siendo muy sólido. Di unos cuantos saltos viendo cómo mi guardia se moría de nervios. Reí y volví a la orilla.

- Es seguro, por las tormentas de esta zona el río es prácticamente un cubo de hielo gigante, podemos cruzarlo sin necesidad de usar el puente - dije volviendo a tomar las riendas de mi caballo.

- No creo que sea una buena idea joven Park...

- Oh vamos Chanyeol, no hay nada que temer, mira yo iré primero, ¿vale?

Ignorando las constantes quejas de mi cobarde acompañante, avancé con cuidado y como lo pensé, el hielo era tan grueso que aguantaba el peso de mi caballo también. Voltee para sacarle la lengua a Chanyeol mientras me burlaba. Fue cuando decidí ir un poco más rápido.

Estaba por la mitad del río confiando en mi buena suerte, cuando de repente el hielo debajo de mi empezó a quebrarse, el caballo asustado intento retroceder pero al final el hielo se rompió por completo dejándonos caer a ambos.

- ¡Joven amo!

Escuché a Chanyeol gritar mientras que a mí alrededor seguían rompiéndose más filas de hielo, quise sostenerme de un bloque más el caballo terminó por golpearme en la cara y me ahogue por un instante. Estaba perdido, ¿que pasaba si moría aquí mismo? Mis esfuerzos por vivir estarían perdidos si no pensaba en una solución.

De repente, a lo lejos se acercó un jinete a gran velocidad, dejó a su caballo en la orilla y se acercó corriendo a nuestro rescate. Primero, con una cuerda que sacó de no sé dónde, amarro las riendas del caballo y lo sacó con mucha facilidad. Cuando llegó mi turno, me tomo por los hombros con una fuerza impresionante, me cargó en su espalda y a paso veloz volvió a la orilla en dónde prácticamente me arrojo como si fuerza una bolsa de papas.

Lo que no me hice al caer por el río termino por hacérmelo él al arrojarme con tanta fuerza, ¡me había dolido demasiado!

- ¡¿Acaso estás demente?! - gritó enojado mientras recuperaba el aire - ¡Si tanto quieres morir simplemente deberías ir a la guerra y no dejar que tú muerte sea en vano, bastardo suicida!

- ¡Joven amo! - escuché a Chanyeol correr hacia mí, todavía estaba algo aturdido por la caída, lo que sentí después fue el calor de una manta en mis hombros.

Empecé a toser un poco para después aclarar mi mente: ví hacia arriba y pude ver cómo el hombre que acaba de salvarme la vida llevaba una bufanda negra que le cubria la mitad del rostro, aún así sus ojos no pasaron desapercibidos: eran de un color rojo intenso, casi parecido a la sangre. Me asustaba el brillo que emanaba de ellos, este tipo podría ser un asesino.

Pero, ¿ojos rojos? Siento que estoy pasando algo por alto...

- Genial, un noble... - el hombre bufó claramente irritado - le acabo de salvar la vida a un pobre niño de papi, ¡joder!

¡No soy el villano! [kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora