Capitulo 8

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Al día siguiente Jimin se encontraba en la plaza tal y como le había prometido a Jungkook. Había llegado algo temprano y todo por querer evitar los interrogatorios de su hermana, Yoona a veces podía ser muy entrometida. Cómo cuando le avisaron sobre el baile de la victoria y ella hizo un escándalo completo por buscar el atuendo perfecto para él.

Lo mimaba demasiado, desde que Jimin cambio su comportamiento no dejó de consentirlo en todo lo que estuviera a su alcance, y aunque muchas veces disfrutó de sus atenciones, a medida que pasaba el tiempo se le hacía algo sofocante. Por supuesto, nunca se lo diría.

Se sintió algo cansado y con frío, así que decidió pedir una taza de té y sentarse en alguna cafetería dispuesto a esperar al segundo príncipe. Pudo sentir como las personas se le quedaban viendo ya que era bastante obvio que después de haber sido reconocido por el emperador ahora era una especie de celebridad.

Era extraño... el Jimin de "Noches de Invierno" también tenía la particularidad de llamar la atención, pero lo que decían sobre él no era nada bonito. El mal genio del pobre era por tener que aguantar las críticas de las personas, los rumores siempre se hicieron escuchar y eso, irónicamente, molestaba muchísimo a Jimin. Tanto así que se aseguraba de dar una peor impresión que la anterior, solo para desquitarse. Pensó que quizás era una forma de mantener su orgullo, o quizá simplemente lo hacía y ya.

Ahora las cosas eran distintas, pero...

— Su gracia, joven Park — escuchó la voz de Yangzi y creyó estar loco, pero la vio entrar a la tienda y sentarse en su mesa sin preguntar.

Jimin sonrió con pereza, era demasiado temprano como para ocuparse de asuntos sin importancia.

— Capitana, ¿que la trae por aquí? — dió un sorbo a su té — No la ví en el baile y supuse que no estaba en la capital.

— Eso es lo que desearía — contestó arrogante — Pero a diferencia de ustedes los nobles, nosotros los funcionarios del imperio tenemos que trabajar para ganarnos la vida.

— Agradezco su servicio, pero no era necesario tanto preludio para decirme que estaba trabajando — dijo Jimin — pregunté por cortesía.

— Desde la primera vez que lo ví sabía que sería un dolor de cabeza — la mujer rechino los dientes claramente irritada — y una parte de mi trabajo es asegurarme que Jungkook no tenga dolores de cabeza en su día a día.

Jimin enarco una ceja, ¿acaso nadie le había enseñado a esta niña a disimular?

— ¿A qué viene todo eso? — pregunto.

— Escuché lo que sucedió en el baile, todo el reino está hablando de eso — Yangzi pese a hablar firme y sin titubear, parecía estar a punto de llorar de la impotencia — Creen que ustedes dos, Jungkook y usted-

— Ah, ¿"La pareja del cielo"? — Jimin se rió tomando otro sorbo de su té.

Lo había oído, cuando paseaba por las calles esta mañana las personas no paraban de hablar sobre el joven duque y el segundo príncipe. Dos almas que se encontraron en un simple baile y que con solo mirarse había magia alrededor y bla bla bla... muchas otras cursilerías que solo concluían en: Una pareja hecha del cielo.

Evitó sonrojarse por el recuerdo, no podía demostrar que le gustaba tal denominación. Mucho menos a la mujer que iba detrás de Jungkook. Yangzi apretó los puños bajo la mesa y se negó a perder la compostura.

— Yo solo estoy aquí para decirle una cosa, señor — hablo entre dientes — no use a Jungkook para su beneficio, por si solo usted es bastante reconocido y ahora que obtuvo el reconocimiento del emperador no necesita estar pegado a Jungkook nunca más. Hará que la gente piense cosas que no son.

¡No soy el villano! [kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora