- Esto es bastante incómodo... - dijo Jimin por lo bajo mientras veía a las tres personas sentadas en la mesa.
A la mañana siguiente, sin tormenta de por medio, el emperador los había invitado a tomar el desayuno en el invernadero del palacio. Era irónico que en un país donde la mayor parte del año era invierno existiera un lugar como ese; había flores y árboles verdes que provenían de otras naciones. Jimin quedó muy impresionado pero eso solo duró un segundo. Una vez que llegaron Jungkook, Taehyung y la emperatriz se hizo un silencio aterrador, ni siquiera podía oír su propia respiración. ¡Ya habían pasado diez minutos! ¿Dónde demonios estaba el emperador?
Se sentía demasiado sofocado, las miradas de esos tres tratando de apuñalarse mentalmente eran demasiado obvias y estuvo a punto de escaparse al baño pero entonces llegaron dos guardias junto al hombre que estuvo esperando. Por fin, el emperador Jeon Woojin hacía su entrada y todos se levantaron para saludarlo.
Tenía que admitirlo, Jungkook se parecía demasiado a su padre. El cabello negro y ojos rojos, además de un aura totalmente asesina. Al verlo a los ojos sintió un poco de miedo pero tuvo que contenerse, no era el momento para titubear, todavía tenía que conseguir su objetivo de hoy: convencer al emperador de mantener a Jungkook en la capital.
- Al verte puedo asegurar que eres la viva imagen de tu madre cuando era joven, que alegría tenerte con nosotros esta mañana Jimin - dijo con una sonrisa.
- Saludo al sol del imperio, es un honor ser su invitado su majestad - hizo una reverencia sintiéndose algo más ligero - me disculpo por no presentar mis respetos anoche.
- Tonterías, llegaste congelado al palacio y tenías que descansar, no le tomes tanta importancia a un viejo como yo - palmeo su hombro riéndose mientras tomaba asiento, acto seguido todos se sentaron - espero que tu estadía aquí haya sido placentera, ¿mis hijos no se comportaron como lobos rabiosos contigo o si?
- Para nada - río pero en su mente pensaba "si, casi pelean otra vez en frente mío".
- Ya veo... - dirigió su atención a su hijo menor - hiciste un buen trabajo en traerlo aquí a salvo, parece que ambos son muy cercanos desde que te envié a la guerra.
- Nos conocimos por casualidad en el camino y entonces nos volvimos amigos majestad, gracias por su preocupación - dijo Jungkook mientras sorbia un poco de su té.
- Oh que falta de confianza, ¿que pensará Jimin si me llamas "majestad" en lugar de "padre"? - le reclamó, pero fue interrumpido por la emperatriz.
- El desayuno está aquí - dijo la mujer indicando a las sirvientas que sirvan los platillos.
Dicho esto, empezaron a comer al principio sin mencionar nada pero el emperador nuevamente inicio la conversación, está vez dirigida hacia su hijo mayor: - Taehyung, ¿cómo va la búsqueda de la facción rebelde? Me imagino que ya encontraste algo.
- Hemos buscado por toda la capital padre, sin embargo no encontramos nada. Su antigua base está vacía y-
- Es suficiente - el hombre dejó sus cubiertos y le dedicó una dura mirada - te encargué esta tarea mucho antes de la guerra contra la republica, es increíble que no hayas podido con algo tan sencillo como aniquilar un par de rebeldes, si no vas a decirme algo de utilidad lo mejor es que te quedes callado, ¿comprendes?
Jimin vió como Taehyung bajaba la cabeza avergonzado y solo dijo: - Si, padre...
Sintió un poco de pena por él, nadie merecía ser tratado así en público, la emperatriz parecía estar queriendo decir algo pero el emperador cambio de objetivo.
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¡No soy el villano! [kookmin]
Fanfiction"Fallecí a los 18 años luego de que el cáncer me consumiera por completo, creí que eso era todo y me hacía la idea de descansar finalmente, pero entonces una luz brillante apareció ante mi, ¡estaba dentro de una novela mágica! Volví a nacer como Par...