Capítulo 15

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—— Hasta que llegas, ¿que le pasó a tu cara? — pregunto el hombre misterioso al verla.

Yangzi se limpio de inmediato las lágrimas y lo miró intimidante: — Hice lo que me dijiste, los envié a la posada. Ahora prométeme que no le pasará nada a Jungkook.

— Descuida, es al único que necesitamos con vida — dijo riéndose desalmado — el otro príncipe es un fraude y los otros tres son completamente inútiles.

— ¿Podré verlo después de que se lo lleven?

— Todo depende de cómo nos sirvas... — el maldito hombre era un pervertido con otras intenciones, se acercó a ella tratando de tocarle la mejilla pero Yangzi saco una daga y se lo impidió.

— Chica astuta — fue lo último que refunfuño antes de irse en medio de una niebla que volvió a dejarla sola en medio del bosque.

Bueno, no estaba del todo sola.

A pocos metros de ahí se encontraba Eunbi, después de llegar como relevo Yangzi le había dicho que necesitaba pasear un momento a solas antes de marcharse, no muy conforme decidió seguirla y así logro escuchar un poco de su conversación con ese hombre, no cabía duda. Yangzi era la traidora.

Estaba horrorizada, de todas las personas ella era supuestamente la más leal a Jungkook y a su causa, ahora tenía que ir corriendo a avisarle a sus superiores, sin embargo cometió el error de hacer ruido con sus pisadas y llamar su atención.

— Eunbi, ¿que haces ahi? — pregunto la pelirroja — Tu... ¿oíste todo?

— No sé de qué hablas, yo solo caminaba por aquí — contestó sin titubear, pero poniendose en guardia.

Yangzi la miro con algo de lastima para después lanzar una risa sin ganas:— No puedo creer que haga esto...

Sacó su daga y la miro con tristeza mezclada con locura: — Por favor, perdóname...




[...]

— Jimin, cielo... —escucho a lo lejos, se sentía muy cansado pero aún así decidió abrir a penas sus ojos, y frente a él estaba el hombre más atractivo del mundo: su príncipe.

Jungkook estaba vestido con una camisa holgada y pantalones sencillos, el sudor le corría por el cuello por lo que dedujo que estaba entrenando, su firme silueta era simplemente exquisita, deseo poder despertar todas las mañanas así.

Le sonrió con pereza y bostezó: — Hola...

— Buenos días — se acercó a la cama para darle un suave beso en los labios y contemplar esa belleza que tenía como novio, sus ojitos adormilados y mejillas sonrosadas eran un deleite matutino — perdóname si huelo feo, estuve entrenando con Namjoon desde temprano.

— No importa, igual así me gustas — dijo abrazándolo — solo no te esfuerces tanto.

Le dió un vistazo a su cuerpo bien formado y se mordió el labio: — ¿Cómo es que formaste tan bien tus músculos en este tiempo?

— Lo sé, ya han pasado dos semanas...

Habían tratado de todo para que Yangzi confiese sobre el paradero del Conservatorio pero era inútil, esa mujer era demasiado tenaz.

Para empeorar las cosas, el emperador dictó una orden de sitiar la capital por otra amenaza rebelde: habían quemado la biblioteca real. Desde entonces hubieron revueltas y disturbios en todas partes, Seokjin tuvo que viajar como comandante a resguardar el territorio mientras que Jungkook se preparaba para lo peor en Walpurgis.

¡No soy el villano! [kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora